lunes, 16 de noviembre de 2015

                      (16) Porque mi patria es hermosa…

                                                                                            Javier Heraud

Lima ha recibido distintas y variadas perífrasis. Algunas, agradables, otras, desagradables. Las más conocidas son Ciudad de los Reyes, La Tres Veces coronada villa. “Lima, ciudad del Rímac, tú que conservas el garbo antiguo de los virreyes”.

Mario Vargas Llosa en su libro Utopía arcaica, mientras comenta Ruta cultural del Perú de Luis E. Valcárcel, escribe…”Esa bochornosa mezcla de iniquidades arquitectónicas, callejones insalubres y basurales pestilentes que ganaron a la antigua Ciudad de los Reyes, el bochornoso apelativo de Lima, la horrible, con que la bautizó el poeta César Moro y cuyos contrastes, mito aéreo y realidad sórdida, inspiraron a Sebastián Salazar Bondy un ácido ensayo con este mismo título”.

Otra manera de llamar a Lima fue “La muy noble, muy insigne y muy leal Ciudad de los Reyes del Perú”. Lima no solamente es mazamorrera, sino también es de los anticuchos, el cebiche, y en octubre, del turrón de Doña Pepa. Si abril es el mes de Las Letras, mes poético, octubre, es el Mes Morado. Nosotros que gustamos de llamar a las cosas por otro nombre, también decimos que Enero es el mes de la Fundación de Lima, de la playa; febrero es el mes de los carnavales y del amor; mayo es el mes de María, el mes de la Madre; Junio, el mes de la bandera, del Padre; julio, el mes de la patria; agosto, el mes de Santa Rosa de Lima; setiembre, el mes de la Primavera y diciembre, navidad. Todo esto en el mundo de los limeños.

José Gálvez, decía que Lima es “la ciudad de campanas y campanillas”.

Decimos que octubre es el mes morado porque es una clara alusión al color del hábito que usan las personas devotas del Señor de Los Milagros. En la novela peruana En octubre no hay milagros, encontramos la expresión de replana “Ñorso milagrero”.

Una devota de Señor de Los Milagros, llamada Josefa Marmanillo, esclava liberta de la zona de Cañete padecía de un mal incurable que no le permitía juntar las manos. Ella le pidió al “Cristo moreno”, un milagro. Cuando se produjo este, doña Josefa pensó retribuir este prodigio de alguna manera. Una noche, mientras dormía, soñaba que tenía los ingredientes de un riquísimo turrón que nadie lo preparaba en Lima. Al día siguiente, preparó lo que hasta ahora conocemos como “El turrón de Doña Pepa”.

Lima de antaño tenía entre sus personajes pintorescos unos seres vestidos de negro riguroso, que merodeaban las iglesias y los conventos para dedicarse a todo, menos a rezar. Estos personajes han sido retratados por nuestros periodistas y escritores nacionales. Uno de ellos, Manuel Ascencio Segura, “Padre del Teatro Nacional”, tuvo entre sus protagonistas a “Ña Catita”, aféresis de Doña. Ella era la celestina criolla que retrata a las personas de los dimes y diretes en los barrios.

El espíritu religioso de nuestros pueblos se caracteriza porque muchos de ellos tienen su santo o beata de preferencia. Algunos de ellos como “La beatita de Humay”, cuyo nombre era Luisa de La Torre. Vivió en el pueblito de Humay entre Ica y Ayacucho.
Los chalacos, es decir, los del Callao, tienen a su Sarita Colonia, patrona de los pobres y también de las prostitutas, según referencia de muchas rameras. Dicen que murió muy joven.

Melchora Saravia Tasayco del distrito de Grocio Prado, en la Provincia de Chincha, es venerada por los chinchanos. La llaman “La Melchorita”. Tanto Sarita Colonia, “La beatita de Humay”  y “La Melchorita” han sido canonizadas por las clases humildes.
Los chimbotanos son llamados “Pata salada”. Los limeños, “Mazamorreros”. En cuanto a los trujillanos, en especial los que podrían ser “pitucos”, se les dice “Trujillano, Culo parao”. A los de la selva, se les llama “charapas”, en alusión a las tortugas. Algunos selvícolas  reciben esta denominación como un insulto. A los de Celendín (Cajamarca), les dicen “shilicos”. Los arequipeños reciben la denominación de “Mistianos”, “Characatos”. Los del pueblo de Panao, descendiente de los panatahuas, reciben la denominación de “Pañacos”.

Don Antonio Raimondi-según me cuentan los ancashinos- llamó a varias ciudades y pueblos de la siguiente manera:

                                   Caraz             :   Dulzura
                                   Yungay          :   Hermosura
                                   Huaraz          :   Presunción
                                   Carhuaz        :   Borrachera
                                   Recuay          :   Ladronera
                                   Macate         :   Remate
                                   Huaylas         :   Cosecha
Sin embargo, el escritor Carlos Camino Calderón atribuye estas denominaciones al Padre Chuecas, franciscano desterrado a Huaraz.

Muchas personas con aires de constituir una raza pura, menos en nuestro país donde “quien no tiene de inga, tiene de mandinga”, detestan todo lo que es indio y desconocen que nuestro río más conocido y  el  más aprovechado en todo  el Perú , El Rímac, es un nombre que viene del quechua. Para ser más claro, el Runa simi o Lengua del Hombre. Rímac significa “Hablador”. Debe ser por su pasividad en  casi todo el año, menos en los meses de verano, donde habla, ruge y arrasa. “Rimac”, viene del  verbo quechua “Rimay” que significa “Hablar”.

Si continuamos nuestro viaje por otros lugares del Perú llegamos al altiplano y frente a nosotros está Puno “La ciudad del lago”. La llaman también “La Capital Folklórica de América”.

Cuando llegamos a Cusco o por avión o carretera estamos frente a “La Capital arqueológica de América”. Cusco, Cuzco o Qosqo, significa “El ombligo del mundo”. Los estudiosos esotéricos, la comparan con el Tíbet, “El techo del mundo” que era el centro de atracción de la Era de Piscis. Desde 1947 la fuerza de atracción  de la Era de Acuario, está en Los Andes. Encontramos  términos sagrados como Vilcabamba (Willkapampa), el río Vilcanota (Willkamayo).

Cusco es conocida también como “La Capital del Imperio de los Incas” o Tawantinsuyo (Los cuatro suyos). Viene del quechua “tawa”, que significa “cuatro”. A propósito de TAWA, en uno de los pueblos cercanos a Machu Picchu, ,llaman “Tawa chaqui” al cuy. Uno de los centros arqueológicos más maravillosos que encontramos en el Departamento del Cusco es Machu Picchu (Pico viejo). Muy cerca está El Wayna picchu (Pico joven)  . Uno de los suyos, llamado Chinchaysuyo, dio origen al pueblo de Chincha, una ciudad al sur de Lima donde vive un amigo que le llaman “Talón rajao”. A Chincha la conocen como “Cuna de campeones”, como reza una antigua canción popular, donde se menciona a deportistas, en especial futbolistas y boxeadores: “Tierra de grandes poetas, boxeadores, atletas, futbolistas sin par”. Entre ellos podemos mencionar a “Bom bom” Coronado, Mauro Mina, Cornelio Heredia, Alberto Gallardo y otros.

El Callejón de Huaylas (Ancash) es conocido como “La Suiza peruana”. El significado de Ancash, es azul. El Mariscal Gamarra cambió el departamento de Huaylas por Departamento de Ancash para perennizar una batalla donde triunfaron sus huestes.
Trujillo, “La Capital de la Primavera”.

Huánuco, mencionada por Amarilis en su Epístola a Belardo, es “La Ciudad de los Caballeros del León de Huánuco”. También hemos escuchado que es “La Ciudad de la eterna primavera”. Algunos autores y escritores comentan que Huánuco viene de “Huañucuy”, que significa “Muérete”, tomada de un cuento de autor peruano, donde una princesa es protegida de otros por el dios Pachacámac (Creador del mundo), a través de la muerte.

Los lumpen la llaman con burla “Ciudad blanca”.

Huanta, la ciudad ayacuchana es llamada “La esmeralda de los Andes”.

Tarma, es “La perla de los Andes”, famosa por sus paisajes maravillosos y sus alfombras de flores.

Tingo María es “La ciudad de la bella durmiente”.

Tacna, es ”La ciudad heroica”. Tania Libertad, artista peruana, canta a esta ciudad: “Mi tierra es un edén de fantasía…”

El distrito de la Victoria es conocido como “La rica Vicky”.

El Huáscar, el histórico monitor que comandó Don Miguel Grau, es conocido como “Muralla móvil del Perú”.
En nuestro ejército, a las mujeres de campaña se las llama “Rabonas”; en México, “Soldaderas”. A las mujeres de la guerra gaucha, “Cantinera".

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