domingo, 24 de enero de 2016

                                  PRESENTACIÓN

El suicidio ha existido desde hace miles de años, existe y ojalá deje de existir. Tendría que ser una auténtica revolución, sin armas ni doctrinas donde los seres humanos dejen la ambición y el poder y empiecen a encontrar la esencia de la felicidad en las cosas simples de la vida.

Diógenes le decía a Alejandro, el hijo de Filipo de Macedonia “que se haga a un lado que le quita el sol” , mientras Alejandro le ofrecía riquezas. La sencillez se ha ido complicando a través del tiempo. Luchamos y morimos para tener muchas cosas que no son tan necesarias en la vida y que solo marca un status que ha ido creando a través del tiempo odio y desamor. Cuando leemos la historia del suicidio encontramos el ridículo, el poder, la pasión, aquella cosa que llamamos honor y que los filósofos, los poetas, los artistas, los políticos y militares han ido tiñendo la vida de rojo y negro: Sangre y muerte para vivir con ellas un mundo donde el absurdo se impone a la realidad. ¿Será cierto lo que dice Jean Paul Sartre que “El infierno son los demás”? ¿Estás obligado a vivir de acuerdo a las normas que la sociedad te impone? Para ser honesto y una persona de bien, ¿Necesitas saco y corbata?

Los pobres imitan a los ricos y sufren cuando son explotados y muchas veces acaban con sus vidas, prefieren a vivir, la otra opción que es la más negativa, la más difícil, la más absurda: la muerte.

 La verdadera filosofía de la vida es aquella donde el hombre se enfrenta a la pobreza, al odio, la venganza, al aburrimiento a las malas pasiones, al dolor, a las leyes injustas, a los arrebatos de la naturaleza, a la ignorancia, a las doctrinas cargadas de odio hacia los seres humanos, al individualismo, al racismo, a los malos gobernantes. Solamente existe un arma para ser feliz y olvidar la otra opción: El amor.

Esta arma maravillosa tuvo sus atisbos en la historia del mundo y se fue infectando a través del tiempo que solo nos hemos dedicado a citarla y convertirla en una simple palabra al igual que los políticos, quienes  citan la palabra democracia pero que no viven en ella.

Los invito a leer este libro cuyos contenidos tomé de otros libros, periódicos, revistas, Internet, etc. Y puedan sacar conclusiones de por qué las personas se suicidan.  Por qué prefieren la otra opción a la vida. ¿Es que están realmente enfermas y no existe una razón poderosa-además del amor- para salvarse?

Siempre habrá muchísimas razones para los que se quitan la vida y  que nos sorprenden en las calles,  los diarios y en las noticias de la televisión. A pesar de toda esa variedad que se emplea para decirle adiós a la vida, nosotros escogemos el amor a la naturaleza, a la familia, a los animales, a los libros, al arte a los amigos y a todo aquello que nos haga sentirnos bien y que nos permita alejarnos de la otra opción.

                                                                                                       Eddy Gamarra


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