1.8 EL SUICIDIO EN LA HISTORIA
(Según Sicars y Salvadó)
A. En los tiempos antiguos
: El suicidio era raro en el pueblo hebreo. La Biblia cita el caso de
ABIMELEC, SAÚL, AQUITOFEL, ZAMBRI y otros.
ABIMELEC, Libro de los jueces,
capítulo IX, versículo 50 y siguientes:
“Partido de SIQUEM ABIMELEC, fue a
la ciudad de Tebas, la que bloqueó y sitió con su ejército. Había en medio de
la ciudad una torre muy alta, donde se habían refugiado hombres y mujeres y
todos los principales de la ciudad…; y llegando ABIMELEC al pie de la torre, la
combatía valerosamente, y acercándose a la puerta, procuraba incendiarla;
cuando he aquí que una mujer, arrojando desde arriba un pedazo de una piedra de
molino, dio con ella en la cabeza de ABIMELEC, y le rompió el cerebro. Entonces
ABIMELEC, llamando a toda prisa a su escudero, le dijo: “Saca tu espada y
mátame, porque no se diga que fui muerto por una mujer”. El escudero,
ejecutando el mandato, le acabó de matar”.
SAÚL, Libro 1 de los Reyes, al
comenzar el capítulo XXXI:
“Entretanto dice, se dio la batalla
entre los filisteos e israelitas…y toda la fuerza del combate vino a descargar
sobre SAÚL, a quien alcanzaron los flecheros e hirieron gravemente. Dijo
entonces SAÚL a su escudero: “Desenvaina tu espada y quítame la vida, porque no
lleguen estos incircuncisos y me maten, mofándose de mí. Mas, su escudero no quiso hacerlo, sobrecogido de
sumo terror. Con esto SAÚL desenvainó su espada y arrojose sobre ella. Al ver
el escudero muerto a SAÚL, echose él mismo también sobre su espada y murió
junto a él”.
AQUITOFEL, ahorcose indignado
porque Cusai había desatendido su
malvado consejo de oprimir a David; y el infame usurpador ZAMBRI o ZIMRI, CUYO
REINADO EN Tirsa no duró más de seis días. Zimri había conspirado y dado muerte
a Elá. Cuando se enteraron de este hecho, los israelitas proclamaron rey a
Omrí, luego sitiaron Tirsa. Cuando Zimri vio que la ciudad iba a ser tomada,
entró en la fortificación de la casa del rey, prendió fuego, prendió fuego al
palacio real y murió”.(1-Reyes 16).
¿Se puede considerar suicidio las
muertes de SANSÓN, ELEAZAR y RAZIAS? Este último personaje, piadoso anciano se
hirió con su propia espada y prefirió morir antes que convertirse en esclavo de
idólatras como Nicanor y sufrir abusos a pesar de su condición y edad. (2
Macabeos14; 37-45).
B. En La India : El viaje de Alejandro a Oriente nos recuerda a
Takila que vivía en las márgenes de del río Ganges con sus filósofos. Los
griegos los llamaban GIMNOSOFISTAS quienes viviendo en los bosques, aprendían a
despreciar la vida, meditaban sin cesar en la muerte y la aguardaban como el
bien supremo. Las enfermedades, epidemias y la vejez pasaba entre ellos como
una vergüenza. ¿La muerte? Era la mayor de las ofensas. Cuando se encontraban
apestados, enfermos o ancianos, se arrojaban a la hoguera.
Los discípulos de los brahamanes,
se mataban con la misma facilidad que en los tiempos de Alejandro y bajo el
influjo de los mismos principios cargados de fanatismo y de una visión torcida
de lo que en realidad es la vida. La superstición obligaba a suicidios
colectivos como la fiesta del ídolo Djaggenerpat, cuyo carro pasaba triunfante
sobre los cuerpos de sus infelices adoradores.
Las fiestas del Ticonnal se
celebraban en Bengala con una cantidad considerable de víctimas que sufrían
voluntariamente una muerte despiadada.
Los libros sagrados de los hindúes,
a pesar del pánico que tienen estos pueblos a la sangre, establecen y autorizan
varios modos violentos de suicidarse. Por ejemplo: Dejarse morir de hambre;
abrasarse con estiércol de vaca; sepultarse en las nieves de la montaña del
Tibet.
Los ingleses cuando dominaban La
India, llegaron a suprimir esta práctica salvaje de las mujeres que se
arrojaban a la hoguera donde habían sido quemados los restos de sus esposos.
C. En China y Japón : Había suicidios en todas las clases
sociales. Los altos funcionarios que eran condenados a muerte, se suicidaban
para poder escapar del suplicio.
El emperador de China Chin-Koang-Ti
ordenó quemar los libros sagrados, este hecho inaceptable hizo que quinientos
discípulos de Confucio (Kung-Fut-Se) se quitaran la vida para no sobrevivir a
esta pérdida.
VOLTAIRE refiere que en su tiempo,
en el Imperio del Sol Naciente, cuando un hombre de honor era ultrajado por
otro, se abría las entrañas en su presencia y le invitaba a hacer otro tanto,
si el que ofendió no lo imitaba, quedaba deshonrado. Estas operaciones
practicaban los japoneses por duelo de familia u otros pesares domésticos y
practicaban los suicidios a consecuencia de la muerte del último Mikado (1926).
Los japoneses que veneraban a la
diosa Amida, se ahogaban para festejar mejor a la divinidad, o se encerraban en
una tumba amurallada por todos lados, sin otra abertura que un pequeño agujero
para pasar el aire, y mientras viven, llaman sin cesar a Amida hasta que
sucumben de aire y desfallecimiento.
Cuando tomaban la resolución de
quitarse la vida para cambiarla por otra mejor, se pasa noches enteras sin
dormir. Los amigos a quienes ha participado de su decisión, no lo abandonan. El
presunto suicida les habla del mundo despreciable y el tema gira alrededor de
honorable decisión. También pronuncian discursos públicos sobre la gran idea
que les preocupa. Son alabados y reciben regalos. Cuando llega el día para el
sacrificio, reúne a sus amigos y a
aquellos a quienes ha inducido a seguir su ejemplo. Termina la despedida con un
festín y acto seguido se dirige a quitarse la vida.
D. En Persia : Los partidarios de ZOROASTRO, jamás atentan
contra sí mismos, no importa la situación en que se encuentren. El suicidio es
entre ellos casi completamente desconocido.
E. CLEOPATRA : Después de la batalla de Actium, Marco Antonio
volvió a la corte de Cleopatra y llenó la ciudad de banquetes y festines.
Instituyó la sociedad de SYNAPOTHAMUMENES, donde se reunía gran número de
personas determinadas a morir juntas. Plutarco decía “Mimados de la suerte,
estos insensatos frecuentaban los festines, las bacanales, y pasaban
gozosamente los días en la molicie, los placeres y el lujo”.
Cleopatra era el motor y guía de
esta sociedad. Buscaba los venenos más variados y los experimentaba sobre los
condenados. Experimentaba con las sustancias venenosas con muchos infortunados
que fueron expuestos a estas pruebas. Se volvió una experta en venenos y llegó
a la conclusión que la mordedura del áspid era la única que producía un sopor
grave y que conducía a una muerte tan dulce que los que se habían hecho morder
se parecían a las personas profundamente dormidas, que se incomodan al
despertarlas y y obligadas a levantar. Ella se hizo morder por un áspid.
F. En Cartago : Fueron varios los suicidios. AMÍLCAR y MAGON,
se mataron avergonzados después de una derrota. ANÍBAL lo hizo para no caer en
manos de sus enemigos. Amenazados los cartagineses por Agatocles, se
sacrificaron trescientos de ellos ante el altar de Saturno.
G. En GRECIA : Los reyes se suicidaban con frecuencia.
CODRO, rey de Atenas se hizo matar
para preservar a su país de los horrores de la guerra.
MENECEO, hijo de Creón, rey de
Tebas, adoptando el presagio del oráculo de Delfos, se prestó al sacrificio
para salvar la ciudad sitiada.
CLEÓMENES III, rey de Esparta,
refugiado en la corte de Tolomeo Evergetes, por los malos tratos que recibía,
se quitó la vida. Lo mismo hizo su séquito.
ARISTODEMO, rey de Mesenia, para
calmar la ira de sus dioses, sacrificó a su hijo y después se suicidó por
remordimiento.
CLEÓMENES I Euristénides, rey de
Esparta, víctima de la locura, cometió un suicidio terrible. Sus parientes,
testigos de sus extravagancias lo ataban con grillos de madera para evitar que
haga algún hecho que lamentar. Cierto día estaba solo con un guardia a quien le
pidió un cuchillo con insistencia. El guardia se opuso, pero a fuerza de
amenazas, lo obtuvo. Cuando recibió el cuchillo, comenzó a desgarrarse las
carnes y las cortaba a pedazos hasta que al final, se abrió el vientre, arrojó
sus entrañas. Los griegos atribuyeron este hecho a los dioses por la ofensa
recibida.
TEMÍSTOCLES, general y político
ateniense, vencedor de los persas en la batalla naval de Salamina. Fue
desterrado y murió en la corte del rey persa Artajerjes. Se envenenó por no
enfrentarse contra su pueblo.
DEMÓSTENES, orador y político
ateniense. Defensor de la libertad de su patria contra Filipo de Macedonia
(Filípicas). Su discurso De la corona
contra su rival Esquines es una de las piezas maestras de la oratoria de todos
los tiempos. Caída Atenas en poder del general macedónico Antípater, se quitó
la vida antes de caer en manos de sus enemigos. Se envenenó en el templo de
Neptuno.
ISÓCRATES, orador famoso que se
dejó morir de hambre a la edad de noventa años, a raíz de la derrota que sufrieron los atenienses en Queronea.
En el mundo de los filósofos
griegos que se dieron muerte encontramos además de SÓCRATES, a HEGESIPO que
pertenecía a la secta de los cirenaicos.
ZENÓN, fundador del estoicismo
quien se había fracturado un dedo a edad avanzada. El filósofo vio este
accidente como un aviso que le daban los dioses de morir. Golpeaba la tierra
con sus manos y exclamaba versos de una tragedia: “Yo vengo, ¿Por qué me
llamas? En adsum, quid me urges precori. Después de pronunciar los versos de
Niobe, se estranguló. Se dice que muchos de sus discípulos lo imitaron. Tenía
noventa y ocho años.
Otros filósofos que se suicidaron
fueron: CLEANTO, DIÓGENES, ANTÍPATER, CARNEADES, EMPÉDOCLES Y OTROS.
BUPALUS Y ATENIS, escultores, se
suicidaron también.
Mujeres suicidas en la Antigua
Grecia, entre ellas PHILA, hija de Antípater y esposa de Demetrio Poliorcetes,
que no soportó la derrota de su marido y se quitó la vida. Igualmente ALCINOE
de Corinto que había faltado a sus deberes de esposa y no pudo soportar los
remordimientos.
Un descendiente de Diógenes llamado
PEREGRINO, se arrojó a la hoguera en el siglo II de la Era Cristiana, en
presencia de muchos griegos que se reunían en los Juegos Olímpicos. Lo hizo con
el intento de parodiar a su manera la acción de los mártires del cristianismo
que morían a manos de sus verdugos por la defensa de su fe.
Se comenta que en la capital de
CEOS, DONDE NACIÓ Simónides, no se encontraba viejos porque los que estaban en
sesenta años y ya no estaban preparados para servir a la República, se daban
muerte. Se dice que el que debía morir, reunía a sus parientes y después de
coronarse de flores, bebía un vaso de cicuta.
Plutarco, nos cuenta que se dio una
epidemia suicida entre los jóvenes de Mileto. Había una pasión y frenesí por
ahorcarse. ¡Qué poco amaban la vida, estas personas! No hay necesidad de ser
filósofo, intelectual o artista para amar la vida. De repente los menos
apasionados tienen más sentido de aferrarse a la vida antes que decidirse por
la otra opción: La muerte.
En la Atenas clásica se condenaba al suicida, se le enterraba sin
homenajes y se le cortaba la mano derecha, sepultándola aparte, si este no
había pedido permiso a la Asamblea de la ciudad. Si en efecto, lo hacía, si
pedía permiso y este era justificable, los mismos jueces le suministraban el
veneno.
Diego Otero escribe que los
fracasos y las torpezas políticas también solían saldarse con honorables
suicidios y cita a Marco Antonio, Cleopatra, Sócrates, Nerón, Séneca, etc.
Después lanza esta pregunta: ¿Se imaginan si nuestra clase política
siguiera este último ejemplo?
LOS PITAGÓRICOS, rechazaban el suicidio, porque para ellos, la vida
era asunto divino.
Aristóteles, dice que el suicidio es un delito contra el Estado
porque en el plano religioso contamina la ciudad y en lo económico, la
debilita, destruyendo un ciudadano útil.
H. En ROMA : Si bien es cierto que
en Roma los suicidios eran raros, sin embargo, muchos nobles y guerreros
sacrificaban sus vidas para aplacar la cólera de los dioses en los campos de
batalla.
MARCO CURCIO, se precipitó en la profunda sima ardiente, que apareció en
los primeros siglos en la Plaza de Roma. Cuando se consultó a los adivinos
sobre tal suceso, contestaron que para que la República fuese eterna, había que
echar sobre aquella sima ardiente lo que constituyere su fuerza principal. Los romanos
se preguntaban por el significado de aquella respuesta. Entonces MARCO CURCIO,
armado de pie a cabeza y montado en un hermoso caballo, les dijo: “ Extraño que
se dude que un solo instante que la fuerza principal de Roma es el valor”. Y,
ofreciéndose a los dioses, se lanzó al abismo.
Después de la República, Roma se
volvió un pueblo corrompido y los suicidios fueron más frecuentes.
Los vencidos, en muchas
oportunidades, se quitaban la vida para escapar a las tropas vencedoras. CATÓN
de Útica, biznieto de Catón, el Censor y uno de los más sectarios del
estoicismo, se suicidó hundiéndose la espada en el vientre, por el triunfo de
César.
CASIO, general romano, amigo de
Bruto y uno de los asesinos de César, escogido por Dante Alighieri en su
COMMEDIA para ser colocado en las fauces de Lucifer junto a Judas Iscariote y
Bruto (canto XXXIV del Infierno). Se suicidó después de su derrota en la
batalla de Filippo.
ESCIPIÓN, suegro de Pompeyo, se
quitó la vida para escapar al César vencedor. Igual hicieron CLEOMBROTO, ídolo
de la alta sociedad romana; CRASIO, vencido por los tracios; AFRANIO,
lugarteniente de Pompeyo. MARCO ANTONIO, fue otro de los suicidas romanos.
TITO LUCRECIO CARO, poeta y
filosofo, nació en Roma en el año 95 A.C. La más notable de sus obras es De natura rerum (De la naturaleza de
las cosas). Se dice que estaba loco cuando la escribió. Se mató a los
cuarentaicuatro años de edad.
Horacio escribe que la locura y
maldad extrema de algunos emperadores romanos creó mucha violencia y las
pasiones políticas se acrecentaron que obligaba a muchos lanzarse desde lo alto
del puente Fabricio al Tíber.
La muerte también estuvo en los
emperadores romanos como GORDIANO, el padre; MAXIMIANO, NERÓN, DIOCLECIANO.
OTÓN, emperador romano que se ganó
la confianza y el aprecio de NERÓN, y fue amante de Popea. Mandó matar a Galba
por no haberlo adoptado; igualmente hizo con Pisón, el elegido de Galba. Odiado
por muchos y habiendo fracasado en un combate debido a una astucia, decidió
renunciar al imperio y a su existencia. Suetonio se ocupa de él en Vida de los doce césares. En la parte
XI de la obra citada y correspondiente a su biografía, Suetonio escribe:
“Preparábase así a la muerte, único objeto de sus cuidados, cuando oyó algún
tumulto y observó que detenían como desertores a los que, queriendo
abandonarlo, se alejaban del campamento. “Añadamos otra noche más a mi vida”,
dijo entonces-tales fueron exactamente sus palabras-, y prohibió que se hiciese
la menor violencia a nadie. Su habitación permaneció abierta hasta la noche y
recibió a cuantos quisieron hablarle. Después, teniendo sed, bebió agua fresca,
cogió dos puñales, cuyas puntas examinó, ocultó uno debajo de la almohada,
mandó cerrar las puertas y durmió profundamente. No despertó hasta el amanecer,
y se hirió de un solo golpe debajo de la tetilla izquierda. A sus primeros
gemidos acudieron, pero poco a poco expiró ocultando y descubriendo
alternativamente la herida. En el acto celebraron sus funerales, porque así lo
había ordenado. Estaba entonces, en los treinta y ocho años de edad y en el
nonagésimo quinto día de su principado”.
I. EDAD MEDIA : En los pueblos de
Europa, las leyes cristianas y otras creencias religiosas declaraban infames a
los suicidas y les negaban sepultura. Esto hizo que los suicidios no fueran tan
frecuentes.
En el siglo XVI aumentaron los
suicidios por el estudio de los modelos de la antigüedad pagana y el
quebrantamiento de la fe y el escepticismo producido por la Reforma.
CARO escribe que en el renacimiento
se reivindica los privilegios del estoicismo y se renueva la escuela filosófica
del suicidio.
TOMÁS MORO en su Utopía, admite en ciertos casos la
legitimidad de la muerte voluntaria.
FELIPE STROZZI, romano del siglo
XVI, hecho prisionero por El Gran Duque Cosme I de Médicis, su enemigo, y
acusado de haber tomado parte en el asesinato de Alejandro I, prefirió matarse
antes que revelar el nombre de sus amigos. “Si no he sabido vivir, por lo menos
sabré morir”.
J. EL PROTESTANTISMO : Se pronunció
contra la legitimidad del suicidio. LUTERO y CALVINO declararon que Dios es el
único y absoluto Señor de la vida y de la muerte.
Algunos como TEODORO DE BEZA
atribuían al demonio el deseo que tenían de suicidarse.
El siglo XVII fue una época
tranquila en relación a suicidios.
K. SIGLOS XVIII, XIX y XX : En el
siglo XVIII reaparece otra vez y con fuerza el suicidio. Son las doctrinas de
la época que excitan a las personas a este funesto mal.
A mediados del XIX, en especial, el
segundo tercio, el Romanticismo dio razones propias de sus principios para
aumentar el número de seguidores.
Los gobiernos realizan estadísticas
acerca del suicidio, pero no son exactas, apenas aproximadas. Había problemas
para investigar, además de las razones familiares, políticas y religiosas que se ocultan para evitar
que la familia quede estigmatizada por sus coetáneos.
En ESPAÑA, el suicidio fue casi
desconocido, mientras el pueblo se mantuvo fiel a sus creencias.
En FRANCIA, es el país que en la
Revolución se registraron muchos suicidios, en especial, políticos. Algunos de
ellos son los girondinos ETIENNE CLAVIERE, BORBARAUX, DE ROLAND, etc.
Un célebre pasaje de MONTESQUIEU,
fue suficiente para dar a Inglaterra la denominación de “Tierra natal y clásica
del suicidio”. Así como había fortunas inmensas, también había en Inglaterra,
millones de infelices sumidos en la miseria, y esta distinción origina odios y
ambiciones por razones sociales y económicas y que fueron causa de muchos
suicidios.
EL Werther de Goethe, inspiró en Alemania , a toda una generación, un
sentimiento de melancolía y tendencia a la muerte y que originó lo que en
criminología se conoce como “el wertherismo”.
El suicidio era muy raro en las
regiones de AUSTRIA hasta que el filosofismo sembró el germen de corrupción y
desmoralización en las masas a través de las revoluciones y guerras constantes.
En DINAMARCA, desde el siglo XIX
tiene la supremacía de muerte voluntaria. La proporción es elevada.
Alguien manifiesta que la patria de
Hamlet debe ser considerada como la tierra clásica del suicidio.
1.9 Castigo
y venganza
Londres: “Ahorcaron a un hombre que se había cortado la garganta pero
a quien habían salvado de morir. Lo ahorcaron por suicida”…Esto fue en 1860.
1601 : Un abogado isabelino
manifiesta que “se lleva al suicida a caballo hasta el lugar del castigo y la
vergüenza, y donde es colgado de una horca…” El entierro había sido en el
camino, con una estaca clavada al cadáver, ¡Cómo si fuera un vampiro de la
novela de BRAM STOKER…Además, colocaban sobre el rostro del muerto una piedra y
así ¡evitar que se levantara de su tumba!...para molestar a los vivos. No es
una referencia a la autora de
Frankestein, ni Edgar Allan Poe. Un poco de niebla londinense y sumar a las
brujas y Drácula un nuevo personaje: el suicida.
Muchos cadáveres de suicidas pobres
y sin familiares eran material de disección en los colegios de medicina.
En Francia, el cadáver era colgado de los pies, arrastrado por
las calles, quemado y arrojado al basurero público.
En Metz, ciudad francesa, metían al suicida en un tonel y lo arrojaban
al Mosela (río) para alejarlo de los lugares que el fantasma habría querido
acechar.
En Dantzig (Polonia, Dansk), el cadáver del suicida no la
sacaban por la puerta sino por las ventanas.
Emile Durkheim cuenta que en Esparta, las reglas eran muy severas a
tal punto que Aristodemo fue
castigado póstumamente por buscar adrede la muerte en la batalla de Platea. Los
soldados que buscaban la muerte en los campos de batalla eran muchos y lo
hacían para no caer en manos del enemigo.
En 1760, en Francia, las leyes
continuaban degradando el cadáver del suicida. El nombre era difamado. Si el
suicida era noble, perdía el título y era declarado plebeyo. Se destruía sus
blasones, cortaban sus bosques y allanaban sus castillos.
Voltaire escribía que los bienes de los suicidas eran donados
al rey, quien solía conceder la mitad de ellos a la primera dama de la ópera.
Ella lo pedía a través de uno de sus amantes. Esto se dio en Francia en el
reinado de Luis XIV.
La revolución francesa desapareció
la degradación del suicida y la confiscación de sus bienes. El Código Penal de
1791 no menciona al suicidio. Tampoco figura en el Código Penal Peruano actual.
En Inglaterra, el suicida era declarado felón. Las leyes sobre
confiscación de bienes duraron hasta 1870. Sin embargo, todavía se ha
encontrado en 1969, en la isla de Man, el caso de un tribunal que ordenó que se
diera azotes a un muchacho por intento de suicidio.
Un profesor decía que “En
Inglaterra uno no puede suicidarse, so pena de que lo consideren delincuente si
fracasa y loco si lo consigue”.
Fedden nos dice que la venganza de algunos pueblos llamados
civilizados repiten con modificaciones mínimas los tabúes y ritos de
purificación de la mayoría de las tribus primitivas.
En 1823, los juristas ingleses
hicieron que un hombre fuera enterrado en las intersecciones de los caminos
como si fuera brujo. Había un temor a que la sangre derramada injustamente,
clamara venganza. Una mezcla de ley y superstición.
Sigmund Freud, decía que el suicidio es un asesinato desplazado, un
acto de hostilidad…
En las sociedades primitivas, la
mecánica de la venganza es la siguiente: O el fantasma del suicida destruye a
su perseguidor, o el acto obliga a sus parientes y familiares a realizar la tarea.
Las leyes de la tribu forzaban al enemigo del suicida a matarse de la misma
manera. Así el suicida no morirá verdaderamente.
En el mundo contemporáneo
encontramos esta característica mágica en los bonzos que se prendían fuego; en
los huelguistas de hambre de Irlanda, en aquellos jóvenes políticos que se
prendían fuego como una protesta contra la invasión, el abuso, la prepotencia y
la muerte. ¿Será la muerte una protesta contra la degradación del hombre? ¿ O
sigue prevaleciendo ese espíritu mágico de las sociedades primitivas?
El suicidio en las sociedades y el tiempo ha
tenido múltiples razones. Si bien es cierto que la palabra es de origen latino,
pero antes se usaba las palabras ”autoasesinato”, “autodestrucción”, “muerte de
sí”, “autohomicidio”, “autoeliminación”.
1.10 El suicidio en la doctrina cristiana
La idea del suicidio como pecado
llega a la doctrina cristiana
tardíamente. En el siglo VI, LA Iglesia condenó el suicidio y la norma era “No
matarás”.
San Agustín, según manifiesta Rousseau se basó en uno de los Diálogos de PLATÓN: Fedón y presionó a los obispos para
actuar. La referencia era el suicidio que caracterizó a los cristianos
primitivos. Fueron razones morales, tan diferente en la Roma pagana, que era considerado
como algo habitual, y en especial, un acto honorable.
El Cristianismo se basaba en que
cada cuerpo humano tenía un alma que es inmortal, la cual será juzgada. La vida
es un don de Dios y rechazarla es como negarla, matar su imagen. Esta interpretación
ocasionó con el tiempo la degradación del cadáver del suicida. El suicidio fue
considerado pecado y delito. La idea del suicidio como crimen se propagó por
Europa.
1.11 Exégesis, alabanza y sacrificio
El Valhala, paraíso de los vikingos (viking: palabra islandesa
que significa, pirata) era el palacio de los que murieron por violencia. ODÍN
presidía el banquete. Solamente podían participar aquellos que murieron
violentamente y de enfermedad o vejez, se les negaba el Valhala para toda la
eternidad. Hay una tradición que señala que ODÍN se hirió con su espada, antes
de ser incinerado ritualmente.
Paul Friedman, autor que escribe sobre el suicidio dice que los
DRUIDAS tenían una máxima que propugnaba el suicidio como principio religioso:
“Hay otro mundo, y quienes se dan muerte para acompañar allí a sus amigos,
vivirán con ellos para siempre”.
En las TRIBUS AFRICANAS como en
otros pueblos, cuando moría su rey, guerreros y esclavos se mataban para entrar
en el paraíso.
El Suttee hindú, es un rito en el cual la mujer viuda se quema en la
pira funeraria de su marido.
Los esquimales iglulik y
los habitantes de las ISLAS MARQUESAS, consideraban la muerte violenta como un
pasaporte al paraíso que los esquimales llamaban “Tierra del día”.
En los ritos aztecas, los jóvenes iban al altar porque iban a ser “convertidos
en dioses” y así poder arrancarles el corazón. Este endiosamiento pasajero los
dirigía al altar con un optimismo infinito.
Los antiguos escitas, cuando eran considerados incapaces por razones de edad y
no estaban preparados para la vida errante, suicidarse era el mayor de los
honores. Para ellos, era muy importante anticiparse al momento de la muerte
cuando la edad y los achaques empezaban a aquejarlos. Se hacían quemar vivos.
No esperaban pasivamente la muerte. Era como deshonrar a la vida. DURKHEIM lo
llamó suicidio altruista.
Los aborígenes tasmanos, quienes eran cazados por los blancos como si fueran
canguros, consideraron a ese mundo de gente perversa, intolerable, así que se
suicidaron como raza, negándose a alimentarse.
Cientos de judíos prefirieron quitarse la vida en MESADA, antes que someterse
a las legiones romanas.
La conquista española del Nuevo Mundo, fue un genocidio y se vio
acrecentado con el suicidio de los nativos por los abusos que se cometían
contra ellos. Miles de ellos se mataron para no continuar soportando malos
tratos. Se dejaban morir de hambre, se estrangulaban en las bodegas de un
galeón.
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