(26)Toreros…
El toro de lidia procede del uro o toro salvaje neolítico. Su
bravura se ha realizado a través del cruce de castas. El enfrentamiento entre
el hombre y el toro viene desde años inmemoriales. En la mitología encontramos
a los héroes que se enfrentan a los toros. Teseo se enfrenta al minotauro, monstruo
mitad hombre, mitad toro. Jasón
se enfrentó a un toro con poderes y gracias a la ayuda de Medea, lo venció. Por
supuesto, el Héroe “tomó al toro por las astas”.
En la Edad Media, los nobles demostraban su valentía y
habilidad ante la fiereza de los toros.
En el Siglo XVIII, se profesionaliza el toreo a pie. Se
construyen plazas de toros de madera o
de piedra. Se torea en España, en América hispana y en el sur de Francia. Entre
los primeros matadores de toros destacaron:
Joaquín Rodríguez “Costillares”, creador de “La verónica”,
fines del siglo XVIII.
José Delgado, “Pepe-Hillo”; Pedro Romero, “El torero de
ronda”.
En 1830, Fernando VII creó la escuela de tauromaquia de
Sevilla.
En 1831 toreó en Madrid Francisco Montes “Paquiro”.
Posteriormente destacaron José Redondo, “El Chiclanero” y
Francisco Arjona, “Cúchares”.
Otros nombres de aquella época son Antonio Sánchez, “El
Tato”; Antonio Carmona, “El Gordito”.
En la segunda mitad del siglo XIX, se mantuvo una de las
grandes competencias taurinas entre Rafael Molina, “Lagartijo” y Salvador
Sánchez, “Frascuelo”. “Lagartijo” murió en Córdoba a los 69 años de
tuberculosis. A los 52 años se cortó la coleta.
Un torero de estilo tremendista fue Manuel García
“Espartero”.
Destacaron en el siglo XX: Ricardo Torres, “Bombita”; el
genial Rafael Gómez Ortega, “El Gallo”.
Manuel Jiménez, “Chicuelo”. Creó “La chicuelina”
Entre los mexicanos, brillaron Fermín Espinoza,
“Armillita”, Silverio Pérez y Luis Castro, “El Soldado”.
El mundo de los toros alcanzó una etapa dorada con la
rivalidad de dos toreros sevillanos: José
Gómez Ortega, “Joselito” y Juan
Belmonte, “El trágico”, como lo llamó nuestro escritor y poeta Abraham
Valdelomar.
José Gómez Ortega (1895-1920), conocido como “Gallito” o “Joselito”. Nació en el
seno de una familia de toreros venida a menos por la muerte del padre. Participó en becerradas cuando no cumplía
todavía los trece años. Destacó como novillero en toda España. Fue reconocido
por la crítica desde temprana edad. Los aficionados elogiaban todas las virtudes que tenía en la arena. En cambio,
los expertos sabían que ese toreo era patético y muy riesgoso. Damos gracias a
los especialistas en la historia de los toreros, quienes nos permiten con su
valiosa información ofrecer a los lectores lo más importante del mundo del
toreo.
Acho fue la única plaza de América en donde actuó poco antes
de su muerte. La afición limeña disfrutó de este maravilloso torero. Se dice
que “Joselito” estaba dolido con el público de su patria, porque cada vez, le
exigía más. El 16 de abril de 1920 murió víctima de una cornada en la arena de
la Plaza de toros de Talavera .Fue herido de muerte por el asta del toro “Bailador”. Aquel día estuvo presente
también Ignacio Sánchez Mejías.
Ignacio Sánchez Mejías (1891-1934), torero sevillano,
estuvo casado con la hermana de “Joselito”. Recibió la alternativa de este en
Barcelona, en 1918. Trabajó en teatro y periodismo en forma esporádica. El 11
de agosto de 1934, en Manzanares, catorce años después de la muerte de su
cuñado, sufrió una grave cogida, que le ocasionó la muerte, dos días después. Federico García Lorca lo inmortalizó a
través de su elegía Llanto por Ignacio
Sánchez Mejías, donde canta la
muerte del amigo torero. Sus versos iniciales cantan la cogida y la muerte del
diestro sevillano:
“A las cinco de la
tarde
Eran las cinco en
punto de la tarde
Un niño trajo la
blanca sábana
A las cinco de la
tarde
Una espuerta de cal ya
prevenida
A las cinco de la
tarde
Lo demás era muerte y
solo muerte
A las cinco de la tarde…”
Ernest Hemingway, en el capítulo XIX de su novela Por quién doblan las campanas, escribe
a través de uno de sus personajes: “En la última temporada de Ignacio Sánchez
Mejías, olía tan fuertemente a muerte, que muchos se negaban a sentarse junto a
él en el café”.
Rafael González “Machaquito”, uno de los principales
toreros de las primeras décadas del siglo veinte. Llegó a torear cien corridas
tanto en España como en América. Toreó su última corrida en 1913. Dio la
alternativa a Juan Belmonte.
Juan Belmonte García, “El pasmo de Triana”. Torero sevillano.
Fue novillero y en 1914 toreó por primera vez con Joselito en Madrid. Se retiró
en 1927, pero volvió a torear siete años después. En 1935 fue su última
corrida.
Manolete, el mito del toreo, (1917-1947)
Su nombre era Manuel Rodríguez Sánchez. Cordobés como
“Machaquito”. Su padre también fue torero y se opuso siempre a que su hijo
siguiera la tradición familiar.
Desde que era estudiante en los jesuitas, se escapaba para
torear. A los trece años recibió su primera cornada. En 1931 toreó su primera
novillada. Algunos años después tuvo que interrumpir su carrera como novillero
por la guerra que asoló su país. Desde 1939 en que recibió la alternativa se
convirtió en el torero más popular y famoso en el mundo entero. Lideró numerosas
obras benéficas porque siempre tuvo muy presente su condición humilde. Manolete
sobresalió por su sobriedad, estilo y dominio del estoque.
El 29 de agosto de 1947, el toro “Islero” de Miura, lo mató en el mismo instante en que moría por una
estocada del torero. Un año antes, Manolete participó en dos corridas en Acho, junto a Domingo Ortega y “Armillita”. Fue una corrida inolvidable. Los tres
cortaron oreja y rabo. Daniel Vásquez
Díaz pintó un magnífico óleo de este gran torero.
“Niño de la palma”, es Cayetano Ordóñez y Aguilera,
padre del torero Antonio Ordóñez.
Ambos, amigos de Hemingway y citados por el autor de El viejo y el mar en alguna de sus obras.
Luis Miguel Dominguín, es en realidad, Pepe González
Lucas. Su hermana Carmen, estaba casada con Antonio Ordóñez. Hemingway, amante
de los toros, los cita en su obra Verano
peligroso.
“Paquirri”, es Francisco Rivera. Casado en
primeras nupcias con una hija de Antonio Ordóñez, y después, con la cantante
Isabel Pantoja.”Paquirri” murió en una plaza de tercera. Actualmente, su hijo Francisco Rivera Ordóñez sigue el
camino de su padre, abuelo y bisabuelo.
“El Viti”, es Santiago Martín Sánchez. El nació
en Vitigudino, Salamanca (España). Lo llamaban S.M. “El Viti”. Los aficionados
traducían S.M. como Su Majestad. Toreó en muchos lugares de España, también, en
Lima. Después de veinte años en el ruedo, se retiró.
Rafael Bienvenida, tenía por nombre Rafael Mejías; Antonio Bienvenida, era Antonio Mejías
Jiménez y Manuel Bienvenida, era
Manuel Mejías Rapola.
“Cagancho”, un extravagante gitano a quien
Hemingway respetaba mucho por no ser cobarde. Se llamaba Joaquín Rodríguez
Ortega.
“El Torero de Lima”, es Vicente Barrera, ganador del
Escapulario de Oro en 1996.
“El Cordobés” es Manuel Benites Pérez. Introdujo
el tremendismo en los toros en la década del sesenta. Fue muy popular. Un
crítico dijo que “es un caso más sociológico que taurino”.
“El Juli”, es Julián López. Torero actual.
Participó en Acho con apenas dieciséis
años.
Otros toreros que podemos mencionar son:
“Macareno”, Juan Antonio Alcoba
Manolo Arruza, Manuel Ruiz Vásquez
“El Litri”, Miguel Báez Spínola
“Paco Camino”, Francisco Camino Sánchez
“Tomás Campusano”, Tomás Rodríguez Pérez
“El Yiyo”, José Cubero Sánchez, muerto a los 21 años.
“José Mari Manzanares”, José María Dolls Abellán
“El Califa”, José Pacheco Rodríguez
“Facultades”, Pedro Castro
“Finito de Córdoba”, Juan Serrano Pineda
“Gitanillo de Triana”, Francisco Vega de los Reyes
“Jesulín de
Ubrique”, Jesús Janeiro Bazán
“Limeño”, José Gárate
“Carnicerito de México”, José González
“Diamante negro”, Luis Sánchez Olivares
“Morante de la Puebla”, José Antonio Morante Camacho
“El Renco”, Antonio Pérez
“Niño de la Capea”, Juan Manuel Gutiérrez Moya
“Pedrito de
Portugal”, Roque Silva, Pedro Alexandre
“Antoñete”, Antonio Chenel
y muchos más…
Muchos peruanos han escrito sobre toros y sus bellas
páginas nos han ilustrado, algunos de ellos son Don Ricardo Palma,
Clemente Palma, hijo del genial tradicionista, que usó el seudónimo de Juan
Apapucio Corrales. También escribieron sobre toros Don Manuel de Mendiburu,
Manuel Atanasio Fuentes, “El Murciélago”, Felipe Pardo y Aliaga, Luis Aurelio
Loayza y tantos otros más.
En el Perú hubo un torero afroamericano como Santa Cruz, perteneciente a una familia
de artistas (Nicomedes, Victoria, etc). Este torero de antaño se llamaba Ángel Valdez como un amigo, profesor de
Matemáticas. Le llamaban “El Maestro”. El museo de la Plaza de Acho, tiene
excelentes testimonios de ese gran torero de tez oscura.
En el cuento de Carlos
Camino Calderón: La familia Pichilín,
encontramos una referencia vital de “El Maestro”.
Por esta misma época, ocupa un lugar preferente Mariano Soria, llamado “El Chancayano”, nombre de guerra que
él llevó porque nació en Chancay. El nació en 1845 y a los quince años, ya lo
tenemos en Lima de arrastrador, banderillero. Figuró como sobresaliente de
espada junto al referido maestro. Toreó en varios países. Ismael Portal escribe
sobre él en La fiesta española en el
Perú.
Pancho Fierro, el ilustre acuarelista, presenta
entre sus obras la corrida de toros y entre otros, cita a “Papito”, José María
de la Columna; “La Marimacho”, que capeó toros en Acho y se llamaba Juanita
Breña.
Otros toreros que han toreado hace algunas décadas en Acho
son Adolfo Rojas “El Nene”, Raúl Ochoa, “Rovira peruano”.
Los poetas, pintores y músicos le han dedicado a los
matadores sus mejores obras. En general, a las corridas de toros. Entre ellos
mencionamos a Manolete, Silverio Pérez, El Cordobés, quienes fueron, entre
otros, motivo de inspiración de los artistas. Todavía se escucha en nuestros
lares, El Toreador, cantado por
Charles Aznavour.
Para cerrar este capítulo sobre los matadores, les presento a
una destacada torera peruana. Ella es conocida como Conchita Cintrón. Ella se llamaba Consuelo Cintrón Verrill, torera
de la década del cuarenta. Las mujeres estaban prohibidas de matar un toro y de
lidiarlo a pie. Ella nació en Antofagasta (Chile), pero desde los dos meses
vivió en Lima. Su padre, un puertorriqueño de ascendencia española, y la madre,
estadounidense de origen irlandés.
Hizo su estreno en Acho en enero de 1936. Realizó corridas en
varios países, aunque le prohibieron el traje de luces, toreó sobre caballo en
traje negro. El 18 de octubre de 1950, tuvo su última corrida en Jaén. Pese a
las prohibiciones por ser mujer, lidió y mató a su novillo a pie. No sería la
primera vez. Conchita escribió el libro Recuerdos.
Otros nombre de mujeres en el mundo
del toreo son Bertha Trujillo, llamada “Morenito de Quindío”. Igualmente
mencionamos a Maribel Atienza, Cristina Sánchez.
Es indudable que en el arte de lidiar toros, las familias
están presentes: La generación de Cayetano Ordóñez, Los Ortega, Los Bienvenida,
como Antonio, que fue séptimo de la dinastía de matadores. Tomó la alternativa
de su hermano Pepe. Con numerosas cogidas, la última le fue fatal
Dominguín, con su cuñado Ordóñez, una dupla fuerte. Dominguín
tuvo como padrino a Manolete.
Antonio Bienvenida fue padrino de El Cordobés. Carecía de
técnica con la capa y la muleta. De arrojo suicida. Famoso por “El salto de la
rana”.
El torero “Pío Nono”, negro como “El Maestro” Valdez tuvo que
cambiarse de alias por quejas en la Iglesia, debido a que el Papa era Pío IX.
Su nuevo nombre de guerra fue “Facultades”.
Tanto “Facultades”, “El Maestro” y “El Chancayano” no
murieron en el ruedo sino en su cama.
“Que
salga ese toro pinto
Hijo
de la vaca mora
Pa
sacarle cuatro suertes
Delante
de mi señora”.
En la segunda mitad del Siglo XIX , el torero sevillano
Antonio Carmona “El gordito”, estuvo una larga temporada en Lisboa donde
presenció los quiebros que a cuerpo limpio hacían los toreros lusitanos. Fue
allí donde concibió la idea de hacer los mismos quiebros, pero con
banderillas.La estrenó por primera vez en Sevilla.
Mucho antes, los
toreros iniciaban sus faenas con pases sentados en el estribo del anillo. Un
pase de esta naturaleza le costó la vida al torero “más bravo que los toros”:
Ignacio Sánchez Mejías, en la trágica tarde en que un toro de nombre
“Granadino” lo corneó bárbaramente contra las tablas.
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