jueves, 10 de diciembre de 2015

                   (33) La replana de ayer y hoy

Muchas veces, los apodos cambian a través de los años o permanecen igual. En el caso de la jerga, también ocurre lo mismo. Las razones son varias. Una de ellas, cuando los delincuentes que la usan no desean que reconozcan estas palabras que ya están gastadas para ellos.

Sucede que los adolescentes que tienen su manera original de comunicarse. Toman muchas palabras de la replana y las usan sin tomar en cuenta de dónde proceden. Para muestra un botón:

La palabra “Causa” o ”Causita” era muy usada por los ladrones. Hoy se escucha en los colegios a los estudiantes,  usar el vocablo aludido como símbolo de amistad.

En este campo de sentimientos, encontramos términos como “amigo” que es el inicio de una variedad de palabras que están en uso y desuso como “Carreta”, “Pata”, ”Patita”, “Pársero”, “Carnal”, “Pataza” y otras.

El “Carreta” Pérez es un cantante que interpretaba música criolla y una de las más famosas es “Yo la quería patita”, del gran compositor peruano Mario Cavagnaro. En esta composición encontramos vocablos y expresiones de la replana de antaño. Una de estas es “Estoy con los crisoles rojimios en el llanto” para indicar que tiene los ojos bañados en lágrimas. Otra, “Ya me licorié” (Ya me emborraché).

La novela En octubre no hay milagros, del narrador Oswaldo Reynoso presenta a través de sus personajes adolescentes un sinnúmero de términos de la jerga limeña. La “Flaca”, “Jerma”, “Jeba” de hoy, la llamaban “       Chelfa”. Estas palabras vienen muchas veces de otros países. Hoy en día, a través de las telenovelas o canciones: “Oh San Antonio, consígueme una jeba que tenga dinero”.

“Mi grupo”, “Mi gente”, “Mi mancha”, “Mis patas”, “Mis amigos”, se traducía antes como “Mi collera”.

“Tengo miedo de cumplir veinte años , porque tengo miedo de estar solo, porque ya no creo en mi collera, porque lloré cuando me jalaron en el examen de ingreso…” En octubre no hay milagros…

En el caso de las monedas, ellos usaban “Taco”, “Morlaco”, así como nosotros decimos ”China”, Quina”. En los inicios del siglo XX , a la moneda de cinco centavos, le llamaban “Medio”; a la de diez centavos, le decían “Real”. A uno de los centavos, lo llamaban “Gordo”. Si era una moneda de veinte centavos, “ Peseta”. En el caso de billetes, escuchábamos decir: loro, a los billetes de cinco soles, cuyo color era el verde;  a los billetes de diez soles, los llamábamos , libra, etc.

En la Lima del siglo XIX a la moneda de ocho reales la llamaban “Patacón”. A propósito, al dinero que nosotros lo llamamos familiarmente “Guita”, “Billete”, ellos le decían “Molido”.

Si el examen no fue bueno para uno: “Tremendo ensarte el examen”.

A las putas, les decían “Marocas”.

Al Señor de los Milagros, los palomillas del barrio lo reconocían como el “Ñorso milagrero”.

“Va a estar como la pitrimitri”, es decir va a estar bien o “como la PM”.

Si de apodos se trata, leemos en la novela de Oswaldo Reynoso: “Zorro”, “Pulga”, “Ojitos”, “Chaveta”, “Muchapinta”, “Pelucas”, “Quijote”, “Sebito”, “Querosén” “Caradehumo”, “Conejo”,etc.

No podían faltar los apodos de animales que son característicos en el fútbol, el barrio, el colegio y trabajo. En el lugar donde yo trabajaba, el ochenta por ciento de apodos eran de animales, la mayoría correspondía a los hombres.

“La esquina estaba ful de chelfas, giles y teclos: todos peleándose a codazo limpio por tener su sitio bacán para ver pasar al Ñorso milagrero” En octubre…

“Un gil con cara e raya…quería entregarlo a un tombo, decía que lo había chapado metiéndole la mano en el pozo de su corsa”.

“Los faroles de Paulanca ya se iban en plan de llore”. Así como crisoles, faroles.

La palabra “Tombo”, vino del lunfardo, la jerga argentina muy usada en los tangos. Como los policías tenían sus botones dorados, de la palabra “Botón”, apareció con la sílaba cambiada y salió “Tombo”. Así como la palabra saco, se convirtió en “Corsa”.

Los zapatos, eran llamados “Tabas”. Cuando yo era adolescente, solía ir con mis amigos a la Plaza San Agustín de Trujillo donde estaban ubicados los lustrabotas. Decíamos: “Lústrame los chusos”. Esta palabra tenía relación con “Shoes”(Inglés) y “Chaussure” (Francés).

“Chamullar” convencer, hablar. “Movían sus hociquitos como si me chamullaran algo”.

Eres “cuaquer” : Eres espeso. Hoy es algo como “¡Qué chinchoso!”.

A la guitarra, la llamaban ”Palo trinador”.

Para decir se tomaba … “Se quemaba vinatea, cerveza y pisco como mierda”.

En estos días llaman a la cerveza: “Chela”. La gente provinciana que usa mucho los diminutivos le dice “Chelita” así como llama “Wiskisito” a la bebida escocesa.

“A ese muchacho le debemos los conejos que están de mamey”. La palabra mamey daba el significado de ser muy agradable, exquisito. Esta fruta agradable ha sido dejada de lado ante la irrupción de otras frutas como el aguaymanto, noni, yacón, kiwi, además de las tradicionales frutas de juguería como papaya, plátano, piña, fresa, naranja, mango y otras más.

Un ilustre escritor peruano ha manifestado: “Oswaldo Reynoso es quizás el único narrador que se ha atrevido a merodear por las antesalas del infierno”.


Este libro polémico sigue en vigencia y nos da las llaves para ingresar a un mundo que existe y que nosotros rechazamos ante la irrupción de inseguridad, violencia y corrupción en el país.

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