Capítulo 106
Acoso
Los licans no llegaron a encontrar
a Varul y culpaban a la familia del conde Jorginho como la culpable de esta
desaparición. La gran mayoría de los intermedios estaba contenta porque solo
quedaban dos de los personajes abusivos con las muchachas que laboraban en el
Centro de Trámite Documentario. Cuando otras personas les preguntaban por el
licántropo más grande, que escondía su
maldad con su afición religiosa y su capacidad de convencer incautos debido a
su oratoria sagrada. Las gaviotas y los demás contestaban que no sabían nada
del señor Varul y era cierto. Varkolak suponía que su compañero de asesinatos
debería estar por la Ciudad de los Reyes persiguiendo a muchachitas humildes y
atractivas que vivieran en los pueblos jóvenes como ya lo habían hecho los tres
en muchas oportunidades.
Una sed de venganza corría por
las mentes de Libak y Varko. Solían reunirse con los
otros licántropos todas las noches en la casa de Varko y planificar la muerte
de Nicole, que estaba sola, porque
Antonella estaba casada y Sandra de novia con un director de danza contemporánea
que también era zooter. En algunas ocasiones, la bella Nicole regresaba sola de
la Universidad. No le gustaba ningún personaje zooter de la Comunidad de San
Patricio y no podría enamorarse de alguien con una naturaleza diferente a menos
que sea un vampiro o un troll que estaban permitidos vivir en la Comunidad. Ya
hace algún tiempo, Nicole era pretendida por un joven estudiante de ingeniería.
El muchacho, atractivo, estudioso y responsable, estaba muy enamorado de ella.
Lamentablemente, la pobre no podría invitarle a su casa porque el infortunado
estudiante no podría traspasar el arco de San Patricio debido a su naturaleza
no zooter.
Nicole estaba consciente de esta gran dificultad y sufría también.
Ella le había contado a Yasmina sus cuitas y estaba desesperada que todos los
días antes de irse a clase, ingresaba a la iglesia y le pedía a San Patricio
que le quitara su condición de zooter y a la vez le permitiese visitar a su
familia. Una solución sería viajar a Francia y visitar la comunidad zooter que
quedaba en París. De repente, algún joven zooter se interesaba por Nicole. Ella
era tan bella como sus hermanas, pero muy estudiosa y demasiado seria. Su
carácter, dulce y maternal le permitía defender siempre a los traviesos
duendecillos. Vivió su niñez en la campiña francesa, mientras su madre
trabajaba y tenía que soportar a un marido violento. Es por eso que con el
permiso de la mamá la traje a la Comunidad, después de darle su merecido al
hombre que convivía con la madre de Nicole.
Un viernes por la noche, salía Nicole de la biblioteca tarde, y se dirigió a la cochera para ubicar su carro
y regresar a casa. Cuando sacó de su bolso las llaves del auto, aparecieron
tres tipos desangelados con cara de pocos amigos y empezaron a refocilarse con
ella y la trataban de una lobita interesante que estaba solita y triste, pero que ellos se encargarían de hacerla
feliz. Nicole estaba impertérrita y en guardia,
en caso que estos gusarapos se atrevieran a tocarla. No les demostró
miedo. Los tres tipos resollaban y generaban un ruido nada humano. Nicole captó
la naturaleza licántropa de los belitres acosadores y estaba dispuesta a
defender su honor y su vida ante un inminente ataque de los licans. Ella
trataba de recordar dónde había visto a estos miserables y vino a su mente una
de las cenas de Mr. Kanter. Ellos estaban en la mesa de Varko. Ni ella ni los
otros podían transformarse porque estaban en un lugar demasiado público. Eran
tres dispuestos a todo. La orden era violación y muerte. Cuando menos lo pensó,
uno de ellos la cogió del brazo y el otro le arrebató el bolso. El tercero, le
dobló el otro brazo y cuando se disponían a dar rienda suelta a sus bajos instintos,
apareció un personaje de negro tan veloz que golpeó en el cuello a uno de
ellos, los otros soltaron a Nicole y se le enfrentaron. Después apareció otro
personaje de negro y tomó de los cabellos al segundo y Nicole se encargó del
tercero. Estaba tan indignada que sorprendió al facineroso con los golpes de
karate que le había enseñado Juan de Aviraneta. Cuando los tres licans sabían que
tenían la de perder, huyeron como unos cobardes y desaparecieron de la cochera.
Entonces, Nicole se disponía a agradecer a sus salvadores, pero ellos se
presentaron primero: Soy Elisabetta di Sardegna, profesora de Historia del Arte
y este es mi primo Pietro di Siracusa. Conocemos a tu padre y vivimos en la
Comunidad de San Patricio como tú. Nicole reconoció a Elisabetta, que trabajaba en la Universidad, pero nunca
había visto al primo. Lo vio tan guapo que le agradeció con un beso en la
mejilla. Elisabetta ya sabía que Varul había sido destruido por el abuelo de
Yasmina y le aconsejó a Nicole que no camine sola porque los licántropos
estaban en guerra contra todos los otros miembros de la Comunidad. Pietro se
ofreció acompañar a Nicole en su auto y Elisabetta iría en el suyo. Nicole
estaba muy contenta sobre todo cuando se despidieron, esta vez, Pietro le dio
un beso en la mejilla. Nicole sabía que Elisabetta era vampira, por lo tanto,
su primo, también. Se quedó pensando en una posible amistad con el bello y
valiente Pietro di Siracusa. Aquella noche, Nicole no durmió. ¿Sería Pietro di
Siracusa su ángel azul?
Eddy
Gamarra T.
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