(11) La
nobleza de los équidos
Los
équidos son una familia de mamíferos que comprende a los caballos, asnos, cabras, onagros,
cuagas, etc. Y sus híbridos (mulo, burdégano). Entre todos ellos, son los
caballos los que se destacan por su
nobleza. Si es padre, semental; la hembra es la yegua y los jóvenes: potro y
potranca.
Usado
por el hombre como animal de silla y tiro. Algunos son salvajes y viven en Asia
Central y en las pampas americanas. Otros, han alcanzado renombre en la
literatura como el caballo de Don Quijote: Rocinante. “El caballero de la
triste figura” cabalgó con su fiel animal por las tierras de España para
“desfacer entuertos”.
La
lista de los caballos destacados es larga. Uno de ellos es “Babieca”, montado
por don Ruy Díaz de Vivar, “El Cid Campeador”, personaje nacional de España. En
uno de los libros sobre este brillante personaje, Las mocedades del Cid, cuando el padrino de Rodrigo le ofrece un
caballo de los que tenía en la caballeriza, le dio la oportunidad de escoger el
mejor. Rodrigo escogió uno que no le parecía el mejor a su padrino. Este dijo
que había que ser un babieca para escoger a ese animal. El ahijado no cambió de
idea. Quería ese caballo y lo bautizó con el nombre de “Babieca” y no se
equivocó porque este noble animal superó a los hermosos caballos árabes.
Manuel
Scorza, poeta y novelista peruano cita con orgullo e hidalguía a los caballos
de la sierra peruana. En Redoble por
Rancas, el capítulo veintinueve,
lleva por título De la universal
insurrección de equinos que tramaron el abigeo y el ladrón de caballos.
Entre ellos tenemos “Pájaro bobo”, “Lucero”, potros ganadores de la carrera del
28 de julio, que encabezan el complot y que comprometían hasta potros tan
escandalosamente rebeldes como “Cachabotas”, “Sietevientos”, “Flor de
romero”…El mismo Scorza en Garabombo el
invisible, cita en el capítulo treinta y seis : De cómo acabaron los caballos que en un tiempo fueron galanos y
famosos como “Loco bandera”, “Cuchinani”, “Badulaque”, “Flor del campo”,
“Estrellita”, “Overo”, “Mascarón”, “Ajiseco”, “Rusvel”, “Bailarín”, “Retama”, “
Emperador”, “Alpachuco”, “Linda” y otros más.
El
caballo siempre mencionado en los libros
de Scorza El cantar de Agapito Robles, La tumba del
Relámpago tiene nobles antepasados como “Bucéfalo”, el maravilloso caballo
de Alejandro El Grande. Los que pasamos
de cincuenta años recordamos a “Plata”(Silver), el caballo del Llanero
solitario. El caballo de Roy Rogers, héroe de los tebeos y la televisión, y
cuyo nombre verdadero era Leonard
Slye, se llamaba “Tigre” (En inglés lo
conocen como ”Trigger”, o GATILLO).
El
padre claretiano, Eusebio Arróniz, un religioso que llevó una vida de santo y
que trabajó en diferentes lugares de nuestro país, tenía un caballo llamado
“Lucero” y a quien le cantaba todas las mañanas antes de montarlo y el noble
animal le llevaba por diferentes pueblitos de la serranía del departamento de
Cajamarca. Parecía que al noble animal le agradaba el canto del santo religioso
y con mayor ánimo lo llevaba para que predique la palabra de Dios.
Todavía
en nuestros días se escucha el nombre del enmascarado con su látigo y su
hermoso caballo llamado “Tornado”.
En
la revolución mexicana, Pancho Villa,
cuyo verdadero nombre era Doroteo Arango, tenía un hermoso caballo llamado “Sieteleguas”.
Muchas de las canciones de la revolución se refieren al caballo del general.
En
la guerra entre los pieles rojas y el ejército del General Custer, solo se
salvó de la matanza que infligieron los indios, el caballo del general, que
recorría el campo de batalla y que parecía lanzar el grito de guerra de “Equus,
Equus”.
Cuando
leíamos los llamados chistes, nos encontrábamos con diferentes personajes que
pertenecían al mundo de los vaqueros. Entre ellos tenemos a Red Ryder, Hopalong
Cassidy, Tom Mix, Gene Autry y otros. Este último tenía su caballo llamado
“Campeón”(Champion).
En
nuestra historia patria destacó un caballo que perteneció al héroe de la Breña.
Este animal se llamaba “Azabache” y Don Andrés Avelino Cáceres se sentía
orgulloso del noble animal.
Unos
siglos antes, nos encontraremos en España con el Inca Garcilaso de la Vega, que
antes había llevado el nombre de Gómez Suárez de Figueroa. Él realiza gestiones
para obtener una recompensa de los servicios de su padre, pero una copia de la
Crónica del Palentino presenta al capitán Garci Lasso al lado de Gonzalo
Pizarro en la batalla de Huarina y cediéndole su caballo “Salinillas” para
librarlo de la muerte. La corte impidió que Garcilaso probara que su padre
había pasado posteriormente al lado de La Gasca.
Ya
que menciono al Inca Garcilaso de la Vega, nuestro cronista, me he preguntado
tantas veces si aquella avenida limeña, que muchos conocen como “La avenida Wilson”, ¿
ha sido rebautizada como “Garcilazo”, que está mal escrita, para referirse al
poeta español o al autor de Los
comentarios reales?
Los
amantes de la carrera de caballos que asistían al hipódromo, siempre recordarán
entre otros al caballo “Río pallanga” y después a “Santorín”, que no son los
únicos.
La
mitología griega cita a ” Pegaso” que nació de la sangre de Medusa y, a otros
parientes como el unicornio y los centauros. La mayoría de los centauros eran
malvados como Neso, pero hubo uno que era un sabio: Quirón, maestro de varios
héroes de la antigüedad clásica.
Suetonio
en su obra Vida de los doce césares, cita
al monstruo Calígula (Llamaban caliga a un calzado guarnecido de clavos que
usaban los soldados simples). Cuando fue emperador romano, Cayo César hizo
cónsul a su caballo “Incitatus”.
No
solamente destacaron los caballos sino un burrito famoso en la literatura
llamado “Platero” ,noble, fiel, dulce personaje de la obra del poeta español,
Premio Nobel de Literatura, Juan Ramón Jiménez, Platero y yo. Sin embargo, el pintor Salvador Dalí y el cineasta
Luis Buñuel, pensaban lo contrario y le dedicaron un adjetivo nada valioso:
“Merde”.
Xantos
y Balios participaron en la guerra de Troya. Xantos, el alazán, uno de los
caballos de Aquiles, recibió de Hera el don de la palabra y de la profecía.
Predijo a Aquiles que encontraría cercana muerte por voluntad del destino.
Balios,
caballo, hijo de Céfiro(dios de los vientos) y de Podargué. Dado por Poseidón a
Peleo cuando este se casó con Tetis, la nereida. Luego perteneció a su hijo,
Aquiles. A la muerte del héroe, Poseidón lo recuperó.
El
caballo más conocido de la guerra de Troya, fue el llamado Caballo de Troya y
era de madera. Los griegos la construyeron a solicitud de Odiseo o Ulises. Pese
a las advertencias del sacerdote Laocoonte, sacerdote troyano, el caballo que
dejaron los aqueos o griegos y que tenía guerreros en su interior, fue tomado
por los troyanos como un trofeo de guerra.
En
la televisión norteamericana tuvimos un caballo “que hablaba”. Se llamaba Mr.
Ed. Estoy seguro que hay otros caballos en el mundo de la Literatura, cine,
mitología y la historia. En nuestro País siempre nos sentimos orgullosos de
nuestros caballos como lo hizo Manuel Scorza; como lo canta la compositora
peruana Chabuca Granda (Isabel Granda Larco) en su composición José
Antonio, sobre el famoso caballo de paso
peruano que engalana nuestros pueblos, mientras son montados por los chalanes a
punto de bailarse una marinera como la bautizara “El tunante” Abelardo Gamarra.
José
Santos Chocano, el poeta modernista peruano tiene un bello poema llamado Los caballos de los conquistadores y el
poeta Jorge Pimentel escribió Balada
para un caballo donde se exalta la libertad del hombre, quien necesita de
ella y de la nobleza, dos características
de los caballos en estado salvaje.
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