martes, 24 de febrero de 2015


Capítulo 13
Frosine

Antes de retirarnos al castillo de Yasmina, Una dama preguntaba por Frosine. Nadie la había visto. Desapareció como por arte de birlibirloque. No sé si ya les había contado a todos que era la más bella de la fiesta, y que se consideraba una profesional brillante. En verdad, era bella, un poco ida. Tuvo problemas en su noviazgo y se volvió descreída y muy desconfiada.

A pesar de haber bailado en varias oportunidades con un empresario vasco, a quien conocí hace poco tiempo y que era una bella persona, amante de la historia y el Derecho, Frosine se fue de la fiesta, pero Don Juan de Aviraneta, se quedó.

Al día siguiente, el Señor de Aviraneta, fue al castillo, de mi amigo el Conde. Preguntó por mí. Yo me había  quedado con mis hijas, a raíz de la invitación de Jorginho. Cuando nos fuimos a la biblioteca para dialogar con más libertad, recibí una infausta noticia. Frosine estaba muerta. Su rostro, desfigurado y su cuerpo presentaba mordidas por todas partes. La encontraron los cocineros de aquel chifa en el depósito de los alimentos que era muy grande. De inmediato, nos dirigimos al restaurante oriental para hacer las investigaciones, antes de que venga la policía de la Ciudad de los Reyes. Entre todos nosotros, Yasmina tenía el olfato más desarrollado y al entrar con su padre, el Señor de Aviraneta y yo, pronunció con odio : “¡Vudko!”.

-¿Estás segura?-le espetó su padre.
-Su perfume escandaloso-contestó Yasmina.
Entre los licans, Vudko siempre estaba perfumado y su aroma era característico. Con razón, él no estuvo con los otros licántropos. Así como desapareció de la fiesta Frosine, él también hizo lo mismo.

Uno de los cocineros que era un ebrio habitual, narró al dueño del restaurante que había visto un enorme animal de color negro y que tenía los colmillos de sangre. Por supuesto, aquel no le creyó, porque no era la primera vez que le contaba que había visto fantasmas y monstruos. Sin embargo, el chino le contó a Ben acerca de su cocinero y así pudimos enterarnos de esta desgracia.

El próximo paso a seguir era ubicar al asesino. No se le vio en la comunidad. Nadie daba razón de él. Dicen que había renunciado y se marchó lejos. La policía culpó al pobre chinito que era bueno para empinar el codo, pero no, para asesinar cruelmente a la bella Frosine. La policía no admitía que hubiera un lobo negro tan grande en la ciudad. Preguntaron en el zoológico si había algún animal con las características señaladas por el pobre cocinero. Sin duda, la respuesta era negativa. No se podía comprobar que el inculpado haya mordido por todo el cuerpo a la pobre Frosine. Además, el asesino había violado a la infortunada mujer. Todas las mujeres de la comunidad zooter estaban asustadas y temían por sus vidas. El Señor de Canterbury ordenó una investigación exhaustiva.

Después de la necropsia de ley se realizó el sepelio de la occisa. Estaban las personas más connotadas de la comunidad, entre ellas,  El Obispo, El Auditor mayor del reino, Alberto de Sajonia, los asesores de la Comunidad, Jorginho y sus amigos, el conturbado Señor de Aviraneta, las amigas de Frosine  y muchas más.

Las notas de la trompeta que daban la despedida a la bella Frosine, eran desgarradas y tristes que muchas de las personas que estaban presentes, lloraban de cólera, de impotencia. Yasmina sabía muy bien que Vudko había violado y matado a la bella Frosine. Varko y sus secuaces, hicieron acto de presencia  en las  exequias. Ellos aparentaban dolor y estaban vestidos de negro riguroso. Siempre al lado del religioso. Daban una imagen de inocencia absoluta. Nella y sus hermanas miraban con odio a estos monstruos. El padre de Yasmina le dijo a Ben: “La guerra es inevitable”. Nos tenemos que preparar. Se escuchó un “croac” y la rana desapareció. Una de sus virtudes era desaparecer. En el fondo era su medio de defensa que le había salvado en varias oportunidades.
Este asunto era de vida o muerte y no iba a permitir que los licántropos y sus aliados hicieran daño a su sobrina. Jorginho pronunció en silencio: “Frosine, descansa en paz”.


                                                                                                        Eddy Gamarra Tirado

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