lunes, 16 de febrero de 2015


Capítulo 9

Licántropos

Varkolak no aceptó esa expulsión del castillo del conde Jorginho y le declaró su odio en la reunión que tuvieron él y su grupo en una cantina de mala muerte. Si bien es cierto que sirvieron a los vampiros durante siglos y que se rebelaron contra ellos, no iban a permitir que los descendientes de Veredictus, instauraran su poder en estos lares.

Holgazán por naturaleza, hacía gala de su fuerza y tenía como  objetivo su pasión  por las mujeres casadas, a tal punto que las seducía y una vez que ellas se entregaban a él,  lograba matar a sus esposos y se quedaba con la fortuna de ellos. Una vez saciado su lúbrico interés, asesinaba a sus víctimas y las arrojaba al río.

Libak, la mano derecha del salvaje Varko-así lo llamaban sus hombres-planificó la muerte del conde para una cena que en estos días brindaba el Obispo. Como un malhadado  hacker ,se introdujo en el correo de su enemigo más cercano y empezó a seguirle los pasos. Qué lugares frecuentaba, quiénes eran sus amistades, con quién se comunicaba en Europa y África y sobre todo quién era su familiar más cercano. Su rostro de aparente tranquilidad y sosiego escondía a uno de los seres más perversos de la comunidad zooter.

Varul, el gigantesco licántropo, torpe de inteligencia, pero muy violento, estaba de acuerdo con todo lo que decía Libak y pidió que cuando mataran al lobo, le dejaran su hija como recompensa. Varul era muy especial porque había tenido varias metamorfosis. A pesar de ser un fanático religioso, se convirtió en murciélago, pero como era pantagruélico, vendió su alma al diablo y lo convirtieron en un enorme can negro. La cercanía a los licántropos le dio su última metamorfosis y allí está acechando a las doncellas para satisfacer sus instintos lascivos y demoníacos.

 Los licántropos se jactaban de tener muchas mujeres. El trabajo que desempeñaban no los agotaba. Eran holgazanes, ágiles, fuertes, obscenos y en especial feroces. Después de que se aprovechaban de sus víctimas, las mataban con crueldad. Estos seres perversos destacaban en los deportes y ejercían de protectores y guardaespaldas del candoroso fraile.

Los licans se creían descendientes del rey Licaón y decidieron desde hace siglos emular a tan desprestigiado rey; en cambio, los lobos buenos que transmutaban sus cuerpos, eran descendientes de Vereticus, rey de Gales, que según la leyenda fue transformado en lobo por San Patricio. Uno de estos descendientes fue personaje de un poema del poeta Rubén Darío  que ofrece un diálogo con San Francisco de Asís.
Entre los múltiples descendientes está Aquela, el lobo de El libro de la selva  y los descendientes de Mowgli. Igualmente, el hermoso lobo llamado Colmillo blanco y su descendencia. Mi abuela cuenta que el vil lobo de la caperucita roja, era un lican, en cambio la loba que amamantó a Rómulo y Remo, era de la misma línea que el Rey de Gales.

El más joven de los licans llevaba por nombre Vukodlak, pero le decían Vudko. Al igual que las otras alimañas de su especie, estaba separado de su esposa y prometía amor puro a sus víctimas al igual que su grupo execrable. Aparentemente tranquilo, sosegado y muy educado. Se esmeraba bastante en vestir deportivamente. Cuando estaba con el grupo de licántropos, aullaba de odio y de sangre. Parecía que este malvado clan tenía sed de sangre y violencia. Gran parte de las características de los vampiros, los habían tomado ellos  y que lograron sobrevivir como guardaespaldas, trabajando poco, viviendo de burlas, engaños, robos. Se golpeaban el pecho aparentando ser muy religiosos, pero ya se los dije, usaban un crucifijo para evitar ser atacados por las vampiresas. Las cruces de madera o de plata,  no les afectaba como a los vampiros, sin embargo, las balas de plata eran mortales para ellos. Sus peores enemigos eran las vampiresa  dirigidas por Elisabetta di Sardegna, la intelectual y bellísima mujer que era muy amiga del Conde Jorginho. Parece que un nuevo enemigo de los licántropos aparecía en la escena del crimen. Un padre es capaz de todo cuando se cruzan en su camino personajes viles que tienen como objetivo hacer daño, porque tienen la mediocridad como sello personal y este nefasto estigma era característica de los licans. No saben que al enfrentarse al conde Jorginho, habían encontrado la horma de su zapato.

¿Qué sucederá en la cena que dará el Obispo de Canterbury en la noche del viernes? También estoy invitado y sé que la mayoría de los zooters estarán presentes. Ojalá que mi amigo lleve a Yasmina. Tengo necesidad de verla y presiento que la veré. Además, él no dejará a su hija a merced de los malditos licántropos.

                                                                                                        Eddy Gamarra Tirado


No hay comentarios:

Publicar un comentario