Capítulo 49
Las malas artes
Pasaron
varios meses de paz y tranquilidad. A veces se sentía una calma chicha que
preocupaba a la vieja cigüeña. Las personas que trabajaban en la Ciudad de los
Reyes, entraban y salían como de costumbre. Yasmina no tenía costumbre de salir
sola de la Comunidad. Si salía, era conmigo o con mis hijas o su padre. En el
caso de los campesinos, no se atrevían a hacerlo. Ellos estaban felices lejos
del peligro de la ciudad y de los licans que en este momento habían huido de
San Patricio.
Una
mañana en que la cigüeña dormitaba un poco porque había celebrado su cumpleaños
con sus amigos los patos de la laguna, se veía una mancha oscura en forma de
remolino que se acercaba al arco mágico de ingreso. No se explicaba qué podría
ser. Se levantó una polvareda y nubló un poco los ojos del guardián. Pensó que
eran los vientos del mes en que los niños volaban las cometas y no le dio mucha
importancia. Una vez que desapareció la mancha negra y la tierra levantada por
el viento, la cigüeña se limpió los lentes y los ojos y dejó transcurrir las horas como si nada hubiera pasado. Los
patos nadaban en la laguna, Yasmina había salido con su padre y también
Elisabetta que tenía que dar una conferencia en la Universidad. Yo estaba muy
ocupado completando unos documentos que uno de los personajes serviles del Obispo
me había solicitado para inscribir mi nuevo estado religioso- de casado- en la
Comunidad. Este obsecuente personaje que como zooter era un voluminoso pollo
negro, exageraba su trato y se hacía
antipático a la vista de las personas. Sin duda, su espíritu rastrero, lo
presentaba como una persona educada, lo malo es que le gustaba el dinero y me
estaba solicitando, una suma, por lo demás cuantiosa, porque el trámite, según
él era engorroso y que las autoridades de la Ciudad de los Reyes, exigían de
urgencia.
La
casa de la vieja y desdentada cobra tenía visitas. Las esposas de los licans,
que vivían en la Comunidad, como nunca, visitaron a la vieja Anulia. También
estuvieron presentes Asteris, la mamba negra y Anacé, la boa gigante. No fue
Lurok, el tejón, porque estaba vigilado toda vez que sus incursiones y su
espionaje malévolo le ocasionó una paliza de las brujitas y mis duendecillos.
Lurok tenía miedo, pero odiaba a los Dinos porque eran nobles y tenían una
situación económica pudiente. Como no podía acercarse mucho a la casa de
Anulia, decidió formar un pequeño grupo de soplones con las nuevas palomas que
llegaron a la comunidad. Él, por supuesto, iba a dirigir a estas inofensivas
aves, para transformarlas en elementos nocivos para la sociedad de San Patricio.
Su don de convencimiento llegó a una de las aves, a quien la enamoraba y
convencía para que las palomas que eran de origen campesino cumplieran sus
objetivos protervos.
Agnezka
y Alejandra estuvieron cerca de la casa de la cobra y escucharon las voces de
Varko, Libak, Varul y Vudko. Informaron a las serpientes que tenían que actuar
unidos para destruir a Jorginho y sus amigos, los llamados Dinos. Igualmente,
expulsar a las vampiras y su jefa que les causaban muchos problemas. Agnezka se
asustó y se concentró para que Elisabetta le capte toda la información. Así
fue. La vampira de Sardegna estaba enterada y buscó la forma más rápida de
terminar su conferencia y regresar de prisa a San Patricio.
Yasmina
le informó a su padre que el peligro acechaba en la Comunidad. Jorginho le preguntó
si se refería a los licans. Su hija asintió. Ella se comunicó conmigo que ya
estaba terminando los trámites del siniestro secretario del Obispo. Yasmina me
transmitió el mensaje de peligro y fui a ver a Sandra, Antonella y Nicole. Se
hicieron presentes las haditas y las
brujas. Los duendecillos los llevé a que recibieran clases de buen
comportamiento con Daniel, el viejo jardinero. Le llevaron frutas y agua, que
es lo que él comía siempre. Ellos no tenían ningún peligro con su maestro.
Estaban en buenas manos.
Llegó
a la casa de Anacé una prima hermana llamada Bozzena y era una serpiente pitón.
Como humana no era muy bella, aunque sonriente. Más alta que Anacé y de buen
cuerpo. No hablaba mucho, en comparación con su prima que era como la cotorra
de Vilanova, pero no era una boa sino una serpiente que se unía al nefasto
grupo de Anulia. Bozzena era muy ágil y coqueta y se había hecho amiga en pocos
días de una avestruz, no sé si macho o hembra, pero avestruz, que como ella practicaba
varios deportes y pertenecía a los
grupos intermedios que no estaban ni a favor ni en contra de los licans y los
Dinos y su familia.
Entre los nuevos habitantes de San Patricio,
llegó una amiga de Elisabetta, vampira como ella y habladora como ninguna. Era
bella, coqueta, envidiosa, convincente. Su poder era conocer perfumes ,
pócimas, ungüentos, que tenían propiedades paralizantes y adormecedoras en sus
enemigos. Una mezcla de bruja y vampira, pero no podía volar como Maluxa,
Janice y Andreinha. Lo malo en Maribella Poszenck-ese es su nombre- era que no
podía salir al sol, porque corría el peligro de convertirse en hielo, y luego deshacerse en agua para desaparecer
por obra y gracia de los rayos del sol. De ahí que Maribella, vivía en los
países fríos del norte. Lastimosamente, la señorita Poszenck había mordido a la
hija del alcalde de una ciudad nórdica y fue señalada por la Unidad
Antivampiros, como un elemento peligroso de aquel lugar, y que el castigo
podría ser la muerte, así que tuvo que huir y ser trasladada por otros vampiros
en un ataúd para que Elisabetta y su séquito la puedan recoger en el aeropuerto
de La Ciudad de los Reyes.. Maribella
era un elemento importante en el séquito de Elisabetta di Sardegna, en
especial para estos días difíciles en que los licans se habían propuesto
enfrentarse a los Dinos, es decir, Jorginho, Nolberto, El Tío Ben, Lapitt y yo.
Toda
la Comunidad de lobos y amigos estaban enterados del ingreso a San Patricio por
el arco, de los detestables licántropos. Usaron su magia para confundir al
bueno del aviador. Jorginho reprendió severamente a la cigüeña y lo castigó con
siete días de separación, por llegar en
estado de ebriedad a su trabajo. En su lugar pusieron a Mr. Shark, un pequeño,
gracioso y exigente guardián que amaba la playa, después del trabajo y que
estaba detrás de las lornas , cojinovas y corvinas para satisfacer sus bajos
instintos, pero también estaba bajo la mirada de un pariente de la orca que
cuidaba el mar en la playa de las gaviotas.
Después
que Elisabetta regresó a su residencia, recibió la visita inesperada de sus
amigas de sangre. Agnezka estaba asustada porque había escuchado con Alejandra
toda la conversación de los licans que estaban reunidos. Maribella propuso un
plan para atacar a sus encarnizados enemigos, antes que ellos lo hagan. Por
toda la información que le había dado Rowina, mientras trataba de curarse del
estómago, las vampiras eran el principal objetivo de los malvados licans y sus
aliadas. Debían tenderle una trampa a Varko, quien tenía un defecto casi
incurable: Su pasión por las doncellas. Aunque su estilo era diferente al de
Varul, que era muy violento. Varko enamoraba a las doncellas. Les hablaba con
voz delicada, les informaba de la importancia del deporte, la comida sana y la
naturaleza. La mayoría de sus víctimas las encontraba entre las jóvenes
intermedias que trabajaban para el Obispo.
Una
tierna , dulce y obsecuente correcaminos era asediada constantemente por Varko.
La vieja cotorra de la playa de las gaviotas y amiga de aquella, le había
advertido sobre este nefasto ser que era muy peligroso y brutal. La
correcaminos le contaba a la solitaria cotorra que Varko era un caballero y que
no reflejaba ni peligro, ni brutalidad. Sin embargo, su amiga le advirtió que
era casado y que tenía su esposa, una frágil perrita, que sufría en silencio,
las maldades del monstruo que tenía por marido.
Una
de las amantes de Varko era Bozzena, la serpiente pitón. Esta se consideraba la
principal de las amantes y no iba a permitir que “esa flaca escuálida” se
entrometa en su camino. Bozzena solo respetaba a la señora Duval porque Varko
se lo había advertido a la serpiente. Bozzena, desde que llegó a San Patricio,
se sintió ligada a él, porque según ella , nadie le había hecho el amor como el
licántropo y ella tenía que defender lo que le pertenecía. Esta fue una razón
poderosa cuando la delicada correcaminos fue a visitar a la vieja cotorra de la
playa. No había moros en la costa y Bozzena tomó la forma de la pitón y se
arrastró por entre el follaje de las áreas verdes de la Comunidad y después
atravesó la vía arenosa que conducía a la playa. Se percató que la correcaminos
no la ubicara porque era muy veloz. La pobre muchacha iba feliz y distraída y
cuando menos pensó, la sanguinaria serpiente se lanzó sobre ella y le inoculó
su veneno, ocasionándole la muerte inmediata. La cotorra que había tomado su
forma animal disfrutaba del viento y se paseaba por la playa, como nunca, en
silencio y cuando miró a tierra, observó que la serpiente lanzaba con sus
fauces el cuerpo de la pobre correcaminos a la arena. La cotorra gritó y se
dirigió a la aldea pronunciando desesperada “pitón asesina…pitón asesina”. Los
campesinos pensaban que se trataba de una de las muchachas que había ido a la
tienda de Ludwig y Marieta. Se organizaron con picos, palas y machetes y siguieron a la vieja
cotorra que no podía callar su indignación. Bozzena había huido del lugar del
crimen lo más rápido que le daban sus piernas y cuando llegó a la casa de
Lurok, que era la más cercana, le pidió al tejón que no dijera nada porque
acababa de matar a la correcaminos.
Una
vez que la cotorra tomó su forma humana, les dijo a los aldeanos que la víctima
era su amiga Dalina, que fue mordida por Bozzena en su forma zooter. La pobre
Dalina yacía entre la mala hierba. En su cuello había dos aberturas grandes y
había sangre en ellas. Su rostro reflejaba un miedo profundo como si hubiera
visto al mismo diablo. Al poco tiempo llegó el Auditor Mayor del Reino y la
guardia simiesca de San Patricio. La triste y desencajada amiga de Dalina contó
todo lo que vio. Conocía bien a una serpiente pitón y no podía ser otra que
Bozzena, la amante de Varko y prima de Anacé, la gigantesca anaconda. Llegaron
después palomas, gaviotas, en su forma humana, la mayoría de ellas, amigas de
Dalina y no pudieron contener el llanto y la desesperación cuando encontraron
el cuerpo inerte de su amiga. Ella nunca se metió con nadie, decían con el
corazón atribulado. Varias de ellas que se sentían desprotegidas pronunciaba con
un miedo cerval: “¡Qué será de nosotras!”
Un
cernícalo que tomaba cuerpo por los licans, emprendió una veloz carrera por los
aires y avisó a los licans que se hallaban en la casa de Anulia, la cobra.
Advirtió a Varko que Bozzena había matado a una correcaminos y que culpaban a
esta pitón porque la vieja cotorra de la playa la había visto desde los aires.
Varul gritó ¡A las armas!...Libak aconsejó mucha prudencia porque este hecho
sería un pretexto para levantar a todos los Dinos en una guerra total. El Obispo
estaba en Bolivia y sus asesores no iban a intervenir si no estaba presente el
clérigo. De todas maneras, había que estar en guardia porque ellos presentían
que eran vigilados y que era necesario convencer al siniestro personaje que el
religioso había dejado en su remplazo. Vudko sugería que había que adelantarse
a ellos porque no solamente eran los lobos y sus amigos, sino las vampiras y
los aldeanos. Los intermedios no van a participar porque tienen miedo. Los
asesores, tampoco. Se harán de la vista gorda o se irán de viaje lejos de La
ciudad de los Reyes.
El
cernícalo que también se metamorfoseaba en frailecillo, mientras perseguía a
una indefensa paloma había observado todo el movimiento del traslado del
inefable Garba. Ella no había informado a los licans porque su ubicación estaba
al lado de los asesores del Obispo, pero su odio a las vampiras que la hicieron
a un lado, hizo que entregara toda su información a su amiga Asteris, y esta se
lo dijo a Libak. Los licans no se explicaban cómo habían entrado al parque de
la muerte, los lobos. ¿Acaso quien ingresaba allí, no podía salir? Ya no podían
enviar a Lurok porque la última vez fue castigado y humillado por las brujas,
los nomos , Harally y Ghara. Varul
propuso entregarle al cernícalo una cantidad de dinero que ellos habían robado
a mujeres viudas y solteronas en La Ciudad de los Reyes. Casi todos estuvieron
de acuerdo, menos la mamba negra que aducía estar en quiebra y que tenía muchos
problemas económicos. Ellos ya conocían a esta serpiente por ser, además de
venenosa, cicatera, una lengua viperina y miserable, cuando se trataba de
dinero.
Yasmina
logró descifrar la conversación de los licans y las serpientes y se lo contó a
su padre. Jorginho sabía que nuestra debilidad estaba en los aires y que había
que llamar al viejo Cóndor que estaba retirado en La Ciudad… Cuando conversé
con él, se alegró muchísimo porque su amada vivía en San Patricio y que daba
gracias al cielo por permitirle estar cerca de la bella Mariana de Portobello..
Esta bella mujer que no envejecía, tenía un carácter dulce y era muy franca.
Hace muchos años se dedicó a la piratería, porque su padre era un viejo
corsario de la reina de Grisú. Cuando murió traicionado por sus hombres,
Mariana se enfrentó a muerte contra el nuevo jefe de los piratas y asesino de su padre. Al
corsario, no le importó que fuera una mujer, su adversaria, pero Mariana, desde
niña, fue adiestrada en el manejo de la
espada, la daga y las pistolas por su padre, y su enemigo, no la pudo vencer. Pagó con su muerte el
haberse enfrentado a la valiente y decidida Mariana de Portobello. Ella pasó
algunos años con los piratas. Robaba a
los ricos y se los daba a sus hombres y a los pobres. Varios gobiernos pagaban
su precio en oro por su cabeza. Mariana decidió dejar ese mundo de la bandera
negra y logró ingresar a San Patricio gracias al unicornio blanco. Ella fue
ubicada en la Colina azul donde habitaban las ciervas como ella. Se dedicó a
embellecer aquel lugar y lo convirtió en un paraíso de árboles frutales y medicinales
rodeados de las flores más bellas y exóticas. Su amado que era médico del barco
pirata no pudo ir con ella, a pesar de ser zooter como Mariana, porque era un
hombre casado con la hermana del alcalde de Grisú. El pobre vivió de un lugar a
otro, perseguido y escondido, buscando siempre a su Mariana. Había transcurrido
tanto tiempo que perdió las esperanzas y vivía en la cima de uno de los cerros
de La Ciudad, hasta que fue ubicado por Yasmina y su padre. El encuentro entre
los dos amantes fue conmovedor y allí están en la Colina azul, el valiente Ulrico y su adorada Mariana de
Portobello. Ellos están lejos del bullicio y las persecuciones. Un cóndor y una
cierva que forman parte de la belleza de la colina azul.
Eddy
Gamarra T.