jueves, 16 de abril de 2015

Capítulo 50
Juicio a Bozzena

Elisabetta ubicó a Bozzena que estaba en la casa de Lurok y un personaje más, el cernícalo,  que se conocía con el tejón desde hace mucho tiempo.

Después de avisar al troll y al cuy, ubicaron al camello y al gallo y se fueron directamente a la casa de Lurok. Las haditas estaban listas para arrojar su polvillo contra la pitón, que no soportaría el escozor. La vampiras, todas en una ponciana,  que crecía cerca de la casa del tejón malo, estaban listas para cualquier dificultad que se presentara. El troll de un zapatazo abrió la puerta de la casa de Lurok. El cernícalo huyó por la ventana y las haditas que también ingresaron, esparcieron de sus alitas el polvillo dorado contra la pitón. Lurok se metió debajo de la cama, mientras Bozzena en su forma humana, lloraba a mares y manifestaba que ella no había sido. Se rascaba todo el cuerpo desesperadamente y pedía a las haditas que por favor ya no le echaran ese veneno que podría matarla. En ningún momento le dijeron que ella era la culpable de la muerte de la infortunada correcaminos, pero Bozzena se vendió y el troll le asestó un puño de piedra sobre su rostro, el camello estuvo en la retaguardia y el gallo gritó a voz en cuello “¡Déjenmela a mí;  me sobra y me basta”. El cuy no pudo dejar de reír y ordenó que se llevaran a la asesina a la cárcel de La Comunidad.

Esta vez, se tomaron todas las precauciones para evitar que los licans con el uso de sus malas artes, se lleven a su secuaz. El Conde Hectorius llamó a la Guardia patricia que estaba integrada por veinte gorilas. Sin embargo, Jorginho organizó a sus amigos : Nolberto, Juan de Aviraneta, El Tío Ben, Lapitt de Sajonia, Ludwig, su suegro y el comando juvenil de la aldea. Le pedí a Yasmina que organizara a la manada y a los seres mágicos como las haditas, Maluxa, Janice y Andreinha y mis tres trasgos: Micki, Tanger y Collins. En mi condición de abogado, además de periodista, tenía la defensa de la Comunidad de San Patricio. Los licans no fueron al atrio de la iglesia donde se realizó el juicio, porque estaban requisitoriados. El Conde Hectorius ofició de fiscal, de acuerdo a las leyes de la Comunidad. Jorginho, como Jefe Civil de San Patricio, era uno de los Jueces al lado del representante del Obispo de Canterbury,  Jurgen Edaff de Hannover, un tipo extraño, de pocas palabras, ultraconservador y que sentía animadversión por los lobos.

En todo el desarrollo del juicio, Jurgen trató de defender a la asesina, pero no tenía argumentos suficientes para salvarla porque su formación académica era más literaria que jurídica. Además, el Jurado integrado en su mayoría por los intermedios, ya sean palomas, avecillas y aldeanos declararon culpable a Bozzena, quien se transformó en la serpiente pitón, y trató de huir del atrio, pero el líquido que arrojó a su alrededor, el Tío Ben no le permitió salirse con la suya. Es más, Ghara y Harally arrojaron el polvillo dorado que las serpientes no podían soportar y a Bozzena no le quedó más remedio que regresar a su forma original. Las leyes de San Patricio prohibían a todo zooter que en el momento de ser juzgado, se atreva a metamorfosearse e intente huir y violar las sagradas leyes de La Comunidad.

Bozzena, la serpiente pitón, fue ahorcada en presencia de los asesores del Obispo que no dijeron una sola palabra, sobre la pobre y desventurada Mahama, amiga de Dalina, la correcaminos,  y de  Anulia, Asteris, Carmen de Vilanova, Lurok y Anacé, prima de la condenada. Ningún lican estuvo presente en la ejecución de la pena de muerte. Tampoco estuvo el cernícalo, llamada Wanda y que resultaba ser la espía de Hannover. Como a Wanda le gustaba el poder,  estaba siempre con el oído listo para recibir información y decírselo a la persona interesada o a su amiga Asteris. Esta relación de Wanda y el Señor de Hannover era virtual porque eran seres extraños en la calle, en el trabajo y en las reuniones sociales. El comportamiento de Wanda, alejó a sus amigas las vampiras, quienes no le tenían mucha confianza y prefirieron mantener distancia. De ahí que en la empresa del Obispo, Hannover, tan igual que las serpientes,  deslizaba su poder para ocasionar daño a las ex amigas de Wanda.


                                                                                                              Eddy Gamarra T.

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