Capítulo 46
El plan del unicornio
Casi
al final de la fiesta, llamé a los Dinos y les conté en forma estrictamente
reservada la existencia del unicornio blanco. Todos se quedaron mudos y
maravillados. La sorpresa era extraordinaria. No me creían lo que les estaba
contando. Les dije que en este momento el unicornio está leyendo nuestros
pensamientos y que vamos a llevar a Garba al parque mágico donde habita este gran
amigo que fue uno de los primeros habitantes de esta última generación de
zooters. Después de la sorpresa, decidimos realizar el traslado de Garba al día
siguiente, muy temprano para que nadie sospeche de este plan.
Al
día siguiente, sacamos al asesino de la madre de Yasmina en una camioneta.
Empleamos todos los medios de seguridad para evitar sospechas. Además de los
Dinos estaba Yasmina y las brujas con Ghara y Harally. Las haditas y Janice,
Maluxa y Andreinha se quedarían en la entrada del parque del Unicornio para
hacer guardia si se acerca algún intruso. Nolberto, el Tío Ben, Hectorius
estaban un poco asustados por ingresar a un parque donde la tradición había
escrito que quien ingresa ya no regresa. Jorginho y Yasmina confiaban en mí.
Yasmina le había dicho a su padre que ella había recibido el mensaje del sabio
unicornio cuando conversaba conmigo. La certeza de la existencia del unicornio
permitió que el Conde diera la orden de llevar a Garba al túnel sin regreso.
Y
así fue. Solo los Dinos, Yasmina, las brujas y haditas nos dirigimos a este
enigmático lugar. Una vez que ingresamos al parque, todo era silencio y
oscuridad hasta que un rayo de luz iluminó el camino poco a poco y se escuchó
un pequeño relincho y los pasos del unicornio blanco. La iluminación era mayor
y la sorpresa de mis amigos era increíble. Tanta belleza, paz, tranquilidad
ofrecía esa maravilla de la naturaleza que ellos conocían por nombre del Parque
de la muerte. El unicornio les señaló el camino para llevar a Garba. Caminaron
un buen trecho en el túnel y soltaron a Garba. El interior estaba iluminado.
Una vez que el monstruo avanzó varios pasos al interior, se cerró y se
estableció el límite entre la prisión y la libertad. Se escuchaba gritos
desgarradores y disminuían hasta que se produjo un silencio absoluto. El
unicornio blanco les dijo que lo que habían visto era una verdad que tenían que
mantener siempre porque este secreto solo se había revelado para nosotros.
Nadie más sabía de esto. Nos permitió bañarnos en la laguna para purificar
nuestras almas. Después del mágico baño conversó a solas con Yasmina y le
obsequió un talismán de una piedra azulina que ella se puso en el cuello.
Estos
maravillosos momentos quedaría para nosotros como una estrella de felicidad que
jamás se borraría de nuestros corazones. Salimos del parque y encontramos a mis
huéspedes eternos con un intruso que nos siguió y fue capturado por Janice y
sus hermanas y estaba colgado de las patas: Lurok, el tejón. Esta alimaña que
vivía para el chisme, el soplo y la controversia, pedía disculpas y negaba
habernos seguido. El Conde que traía una pócima en sus bolsillos, dio de beber al delator y este
borró de su mente todo lo que ocurrió en la mañana. Lo dejaron cerca de la casa
de la desdentada cobra y se quedó dormido en el jardín.
Eddy Gamarra T.
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