Capítulo 39
Persecución
Maluxa, Andreínha y Janice
perseguían a Varul que estaba convertido en ciento de murciélagos que tuvieron
que volver a su estado de licántropo porque una vez más, Ghara y Harally les
espolvorearon en sus cuerpos aquel polvillo que les producía escozor. El lican
se dirigía al arco mágico y allí ingresó a la Ciudad de los Reyes tomando su
forma humana. A unos pocos metros, le esperaba Varkolak y sus secuaces. Las
brujitas se detuvieron en la frontera correspondiente a San Patricio y los
licans huyeron en una cuatro por cuatro a toda velocidad.
La vieja cigüeña, que no era tan vieja, le dijo
a Maluxa que le informaran al Conde que la entrada mágica estaba desprotegida y
que era necesario proveerle de algunas pociones y polvos mágicos para defender
a los indefensos habitantes de la lagunita. Maluxa le prometió llevar el
mensaje al Señor Conde y avisó a sus hermanas que era menester regresar al
castillo. Ellas tenían una nueva escoba que una tía lejana las compró en Salem
a un viejo anticuario. Las tres brujitas estaban orgullosas de su nuevo medio
de locomoción y partieron veloces para hablar con Jorginho. Cuando llegaron al
castillo, estaban reunidos el Tío Ben, El conde Nolberto, Hectorius, Don Juan
de Aviraneta, Lapitt de Sajonia, Ludwig, el marqués y yo. Yasmina, Sandra,
Nicole y Antonella estaban en mi residencia. Ellos no se explicaban por qué el
Obispo había enviado al hermano de Lapitt salvar al execrable Varul. Sabían que
estas despreciables alimañas formaban parte del equipo de seguridad del cándido
fraile bonachón. Las buenas hechiceras informaron con lujo de detalles la huida
del lican y la espera programada de Varko y sus secuaces. La mayoría estaba de
acuerdo que no se debería permitir la entrada de los licántropos a la Comunidad
de San Patricio. Las buenas mujeres de estas bestias eran muy allegadas a los
asesores del Obispo y tenían amistad con Jonathan Squirrel, el hermano de
Lapitt, el gordo Chang y el enigmático petit oiseau (Petituasó). Ellos
defenderían a capa y espada a los monstruos. Más por amistad que por justicia.
Los Dinos-que era la denominación del viejo lobo gris y sus amigos- no
permitirán tal actitud, porque la ley no ampara el abuso del derecho y si hay
que combatir-dijo el gallo-, combatiremos. Todos estaban decididos a luchar por
la justicia, como rezan los estatutos de
la Comunidad de San Patricio.
Eddy Gamarra Tirado
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