Capítulo 43
En medio del camino de la vida
Después
de encerrar al asesino en las mazmorras del castillo, le pedí al Conde que
fuera a mi casa con Yasmina que tenía que conversar algo muy importante con él.
Jorginho llegó a las diez de la noche, después de encargar a su amigo Troll y
al Cuy para que vigilen al execrable marroquí. Yasmina estaba sorprendida. No
sabía la razón de la cita a su padre y a ella en mi casa. Jorginho me contaba
que las relaciones con el prelado estaban resquebrajadas, pero que no iba a
permitir que sea manejado por gente de su entorno para defender los intereses
protervos de los licans. Sabíamos que el cura de San Patricio era bonachón,
pero muy distraído y confiado. Sus múltiples ocupaciones no le permitían estar
al tanto de lo que ocurría en la Comunidad. Aceptaba lo que sus asesores le
decían. Cuando los licans en su forma humana estaban cerca de él, eran unas
mansas palomas que no mataban una mosca. Cuando asistían a la iglesia, se
sentaban adelante y participaban de las peticiones, pero cuando llegaba la
noche se reunían para enamorar a las doncellas de la Comunidad y luego
atacarlas con ferocidad.
Después
de conversar sobre el Obispo y los licans, Jorginho encendió un cigarrillo y me
ofreció uno. Después de encender el cigarrillo y dar una pitada, le dije en voz
alta al Conde: “Quiero casarme con Yasmina”. Ella empezó a temblar y me miró
muy serio: “¿Qué estás diciendo?...le
contesté que amo a Yasmina. Ella también me ama y necesitamos su bendición.
Jorginho miraba a su hija y le preguntó :
-
¿Amas a Stephen?
-
Yasmina se secó las lágrimas y contestó con
firmeza- sí Padre.
-
El Conde me espetó con dureza-ella no es una
mujer más, de las tantas que has tenido en tu vida.
-
Ella es diferente. Yo he cambiado y no puedo
mentir, por los poderes que ella tiene y
porque la amo más que a mi vida.
-
No vayan a pensar que yo estoy ajeno a sus
relaciones, pero si es la decisión de los dos, solamente puedo decir que Dios y
San Patricio los bendiga y tienen mi bendición, también.
Yasmina me sonrió. En
su rostro se reflejaba la alegría infinita por la respuesta de su padre. Sentía
que el mundo había cambiado a partir de ese momento y en un arranque de emoción
corrió hacia su padre y lo abrazó. El viejo lobo gris y su hija lloraban de
felicidad y parece que por su memoria pasaban momentos difíciles que ella pasó
al lado de la heroína saharawi, su madre
.
Yo
estaba contento y abracé a mi viejo amigo y después Yasmina me abrazó y me dio
un beso. El viejo lobo gris nos pidió que fuéramos al jardín donde estaban mis
hijas y los huéspedes mágicos. Él se quedó en mi biblioteca. No quería que lo
vieran llorar. Lloraba de felicidad porque amaba a su hija y quería lo mejor
para ella. Las haditas que sabían lo que había ocurrido nos recibieron con una
bella melodía que a mí me gustaba bastante: “The most beautiful sound I´ve ever
Heard…María…María…” los duendecillos saltaban y se daban volantines. Sandra,
Antonella y Nicole nos abrazaban y las brujitas formaron un corazón de humo en
el aire. El Conde se unió al grupo familiar y nos pidió sentarnos en el jardín
para planificar la boda de Yasmina que sería estrictamente familiar y con los
amigos de siempre. En ese momento, apareció el Tío Ben con una botella de vino
francés y recitó para su sobrina Yasmina: Bon jour Tristesse, de Paul Eluard.
Él siempre es tan oportuno para gratos momentos. El vino estaba excelente y el conde nos invitó
a su casa para disfrutar de una
excelente cena que iba a ordenar para que la traigan de La Ciudad de los Reyes
y que esta vez, degustarían comida italiana.
Eddy Gamarra Tirado
No hay comentarios:
Publicar un comentario