Capítulo 44
El unicornio blanco
Siempre
me pregunté si el unicornio blanco era un zooter de alto nivel espiritual.
Sabía tan poco de él. Las haditas, muy reservadas, solo me contaron lo necesario.
No estaban autorizadas para decirme algo más. Ellas me sugirieron que lo
visitara y lo más pronto. Y así fue. Tenía que hacerle muchas preguntas, porque
se trataba, sin duda, de un sabio que vivía “lejos del mundanal ruido”.
Cuando
ingresé al parque del Unicornio (la población la llamaba “Parque de la
muerte”), había un silencio profundo. Parecía que todo se había detenido por la
presencia de un intruso. Estuve a punto de regresarme y renunciar a esta noble
misión que me había propuesto. Sentía que me estaba confesando ante la
naturaleza por mis pecados. Era mi conciencia la que producía estos miedos y
pedía perdón a Dios por mi vida de escándalo. No sé cuánto tiempo transcurrió
en que estaba arrodillado en la entrada del parque. De pronto apareció una luz
radiante y se escuchaba los cascos de un equino que sonaba en mis oídos como un
ritmo suave, equilibrado y producía una paz interior en mí. Era el unicornio
blanco que se acercaba lentamente. Todo el camino se llenó de luz y los verdes
árboles movían sus hojas en señal de bienvenida. Las flores multicolores
danzaban una canción que la naturaleza misma ejecutaba. A un lado estaba la
laguna de un color turquesa y los tulipanes negros que crecían en su orilla.
Todo era bello como una muestra fehaciente de la existencia de Dios.
-¡Bienvenido
al parque de la luz!, Stephen-saludó el unicornio, con una voz pausada.
-¡Buenos
días! Unicornio blanco.
-Me
agrada mucho que hayas venido-dijo el unicornio-. Sé que estás pensando que mi
voz es parecida a la de alguien que tú conoces. No te has equivocado. Leo tus
pensamientos, pero tú no puedes leer los míos. Solo una persona lo puede hacer,
pero no está presente.
-Ghara
y Harally, las haditas, me animaron a
venir, y aquí estoy para que con tu sabiduría me ayudes a resolver varios
problemas de la comunidad.
-Lo
sé Stephen. Te diré que Garba siempre será un escollo en las mazmorras del
castillo. En este parque, al final del camino, hay un túnel que conduce a un
lugar sin regreso. Es una prisión ideal para un
asesino como Garba. Solo se alimentará de vegetales y agua para que
borren de su conciencia todo el daño causado a los seres humanos. Sus quejas no
se escucharán. Nadie atenderá sus ruegos. Envejecerá y morirá con el tiempo. Su
arrepentimiento será muy tarde.
-¿Cuál
es la mejor manera de combatir a los licans?
-Estos
monstruos son poderosos. Son seres de doble cara. Su hipocresía convence al más
cándido. Tienen las armas para encandilar a las doncellas, y garras y fauces
para destruir a sus enemigos y víctimas. Dominan la magia negra y verán la
manera de ingresar al arco de San Patricio para rescatar a Garba. Tienen que
traerme a este licántropo para encerrarlo en el túnel sin regreso. Los licans
no podrán rescatarlo. Si se atreven, los destruiré, como lo hice con los
malvados centauros negros. Ustedes tienen que luchar. Sé que tienen las armas
para vencerlos. Necesitan organización y fe para conseguir sus objetivos. Ellos
tienen a un ejército de licans, tan perversos y nefastos.
-¿Y
las serpientes que viven en la comunidad?
-Las
serpientes buscarán la ayuda de los tejones malos, la cotorra y su bandada,
canes viles y palomas obsecuentes. El fraile y su séquito no participarán.
Ellos solo van a reaccionar si su poder está en juego.
-Te
agradezco infinitamente por tu gran ayuda. Conversaré con Los Dinos que son mis
amigos más cercanos y realizaremos tu plan de traer a Garba aquí. Gracias por
el tulipán. Nos sirvió de gran ayuda, además de su belleza que adorna mi
jardín.
-Mis
saludos para Jorginho, en especial para su bella hija Yasmina. Te llevas la
flor más bella de este jardín en San Patricio. Ella será el arma más poderosa
que ustedes tengan para vencer a los licans.
Eddy
Gamarra Tirado
No hay comentarios:
Publicar un comentario