martes, 7 de abril de 2015

Capítulo 42
La búsqueda

Garba no salió de la Comunidad. Garba estaba con nosotros. Los Dinos nos protegimos con el aroma del tulipán negro e iniciamos la búsqueda del asesino por toda la comunidad. Empezamos  por la playa de las gaviotas. Preguntamos a las doncellas y mancebos que se bañaban en las aguas frías. Nadie lo había visto. Les dimos las características de este asesino. También les advertimos sobre el maléfico poder de Garba. Entre los campesinos estaba Ludwig. Nunca lo vi tan contento. Había bajado de peso y Marietta esperaba un bebé.

Salimos de la playa y nos dirigimos al bosque del silencio. Solo estaban nuestras aliadas, las vampiras quienes buscaban entre los árboles a ese perverso lican. Elisabetta me dijo que ellas están en guardia y que este cobarde no se va a enfrentar a ellas así de fácil, aunque está armado según manifestó Agnezka. Alejandra del Cuadro nos sugirió que fuéramos al barrio donde vivían las mujeres de los licans. Le parecía haber escuchado a la señora Duval que esperaba una visita del intruso familiar de su esposo. Le agradecimos y le prometimos capturarlo para que ellas puedan saciar su sed. Todas al unísono mostraron una sensación de asco y Elisabetta, que no le gusta las bromas,  espetó que los licántropos no tienen sangre sino veneno y su hedor es nauseabundo.

Antes de ir al barrio de los licans, estuvimos en el arco de San Patricio y preguntamos a la cigüeña que está al tanto de todos los chismes que ocurren en la Comunidad. La blanca cigüeña, que se había dado un baño en la laguna con sus amigos los patos, nos explicó con lujos de detalles  que este vil animal no ha salido ni como zooter ni como humano. Le pedí que oliera el aroma del tulipán negro que estaba en mi jardín interior  y que lo protegería de este delincuente. Sin otros informes nos dirigimos a ese barrio oscuro. Nos recibió la hipócrita cobra que en compañía de la cotorra italiana,  mamba y Anacé se paseaban nerviosas por el parquecito. Welcome!... me dijo y yo le contesté en italiano. Pregunté  sobre Lurok el tejón, quien no estaba con ellas. No me dieron razón. Por supuesto que no le creímos. Les dimos las gracias. A diez pasos de ellas, Anulia nos dijo ¡Malditos lobos!...¡Van a morir!...¡Se los juro! Mientras despotricaba no se dio cuenta de un hueco que había en la vereda y se torció el tobillo y lanzó un grito de dolor que nosotros no quisimos oir. Anacé la llevó al Departamento médico y allí la volvieron a enyesar y otra vez en su silla de ruedas para que su doméstico compinche la pudiera llevar de un lado a otro.

Cuando ingresamos a las casas de los licans, sus esposas nos dijeron en coro que ellas no tenían nada que ver con lo sucedido. No sabían de su paradero y apenas conocían al Señor Garba. Cuando les presionamos que iban a ser expulsadas de la Comunidad de San Patricio por encubrir a esos viles y sanguinarios licans, rompieron a llorar y una de ellas que se transformó en una hermosa perrita nos advirtió  que iba a elevar este abuso del derecho hacia el Obispo de Canterbury, con quien trabajaba y podía dar fe de la honestidad de su marido. “Ojos que no ven, corazones  que no sienten”, murmuró el conde Jorginho. “Y dígale al obispo que si continúa protegiendo a estos asesinos será expulsado de la Comunidad. Y si hubiera oposición, la guerra está declarada. Las mujeres guardaron silencio cuando escucharon al viejo lobo gris que estaba muy enojado y dispuesto a todo.

Rowina fue al castillo de Jorginho para informarle que su amigo Simonal el tejón había ubicado a Lurok y a Garba en  el naranjal. Rowina y su fino olfato, se percató de estos dos forajidos y una vez, que los ubicó le contó a Elisabetta y al Conde. Todo el grupo marchó, incluso Lynn de Marec que dejó sus bellos trajes y joyas y se transformó en una pantera que marchaba al lado de Jorginho. Busqué a Yasmina y me puse a su lado. Siempre su perfume mágico me envolvió y rozaba mi piel a la de ella y fuimos al objetivo que estaba en el naranjal, muy creído que iba a funcionar su poder de los ojos para provocar en la gente olvido. Lurok y Garba, en su forma humana se comían las naranjas del Conde Jorginho. Yasmina saltó sobre Garba, él la miró con sus ojos diabólicos y no funcionó su poder. Los lobos y la pantera rodearon a Lurok que pedía disculpa por haberse comido las naranjas, mientras Garba no sabía qué hacer. Trató de realizar una tinterillada como abogado de Vudko,  pero Yasmina atacó a Garba en el brazo y lo zarandeaba para despedazarlo, Garba se transformó en Lican para huir de allí, pero las vampiras saltaron sobre él y lo encadenaron y se lo llevaron preso. Lurok huyó como un cobarde. Lo dejaron ir para ver hacia dónde se dirigía, sin duda, a la casa de Anulia para contarle todos los pormenores de la captura de Garba, el asesino de la madre de Yasmina y sus familiares del pueblo Saharawi.


                                                                                                              Eddy Gamarra Tirado

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