miércoles, 4 de marzo de 2015

Capítulo 19
La comunidad de San Patricio

Esta comunidad que lleva el nombre del santo que convirtió a un hombre noble en lobo, está muy cerca a un zoológico. La puerta de entrada es una reja simple de color verde. Ni nueva ni vieja, pero es el color preferido de Jorginho. Él la pintó y en verdad, no llama la atención de los habitantes de La Ciudad de los Reyes. Frente a las rejas están los árboles de eucalipto que no permiten mirar a los curiosos. A un costado hay una pequeña lagunilla donde retozan los patos, sapos, aves y una vieja cigüeña que siempre observa a las personas que ingresan a la Comunidad.

Al centro, de los eucaliptos, hay una carretera que permite desplazarse a las carretas, carruajes y automóviles a una distancia de cien metros. Al salir de este pasaje un poco oscuro, nos encontramos frente a un enorme arco con imágenes en alto relieve sobre el nacimiento de Rómulo y Remo. Al centro está el nombre de la Comunidad de San Patricio y un verso de La Divina Comedia: “Lasciate ogni speranza voi chi éntrate”. Una advertencia para los pecadores y curiosos.

Aparentemente, esta comunidad da la impresión de ser del tamaño de una manzana, pero es mucho más grande. No pertenece al plano de la Ciudad de los Reyes. Es una comunidad mágica donde el siglo XVIII y XXI se fusionan como si fuera un solo momento, un solo lugar donde el bien y el mal se presentan y la lucha es constante entre estas dos fuerzas opuestas.

La mayoría de las casas son de techo a dos aguas. También hay castillos al fondo. Estos están rodeados de árboles y jardines con flores bellísimas. Destacan además de los eucaliptos, los pinos, álamos y poincianas. Abundan también los duraznales y naranjales; las higueras y manzanos. Las guayabas y los pacaes se ofrecen a los habitantes como un regalo de la naturaleza. Todas las casas tienen jardines, desde las más pequeñas hasta los castillos. Los más felices en este lugar son las haditas que se alimentan de polen y aire fresco y los duendecillos que son frugívoros por naturaleza. En cuanto a las brujitas, ellas, además de las comidas de estos lugares, son amantes de las hierbas aromáticas y preparan sus alimentos y pócimas ellas mismas.

Una de las diferencias entre los lobos y los licántropos es que estos son carnívoros por naturaleza, aquellos son casi vegetarianos. Todos los licántropos son de color negro azabache; en cambio, los lobos son de color gris, blanco, marrón y combinados a base del blanco y plomo. Los ojos de los licans son sanguinolentos; en cambio, los ojos de los lobos son negros, verdes, castaños y azules.
Las flores que tenemos en los jardines de San Patricio son ramilletes de novia,  rosas, geranios y azucenas, claveles, dalias, crisantemos, margaritas, retamas, jazmines, buganvillas y orquídeas. Todo un paraíso para diferentes climas. Siempre en un paraíso, hay una serpiente que constituye el mal y nosotros, los primitivos habitantes de esta Comunidad, luchamos contra esa serpiente que se subdivide en alimañas de todo tipo.

Los que no pertenecen a esta Comunidad, solo pueden llegar hasta antes del arco. Para ellos, más allá del arco, no hay más que un muro de adobe que probablemente colinda con otro lugar. Sin duda, es un lugar especial para los zooters y otros personajes que viven y disfrutan de la naturaleza  y magia que San Patricio nos brinda.

Si cada uno se convierte en un zooter, la gran mayoría formaría parte de un inmenso zoológico. Mas, si solo fueran personas, encontraríamos tres clases de seres: Los buenos, los malos y los intermedios, estos están sujetos a los caprichos de los malvados licans que siempre tratan de mantenerse en el poder. Los intermedios han nacido en su mayoría en estas tierras y su timidez y obsecuencia los mantiene al margen.


                                                                                                     Eddy Gamarra Tirado

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