Capítulo 19
La comunidad de San Patricio
Esta comunidad que lleva el nombre
del santo que convirtió a un hombre noble en lobo, está muy cerca a un
zoológico. La puerta de entrada es una reja simple de color verde. Ni nueva ni
vieja, pero es el color preferido de Jorginho. Él la pintó y en verdad, no
llama la atención de los habitantes de La Ciudad de los Reyes. Frente a las
rejas están los árboles de eucalipto que no permiten mirar a los curiosos. A un
costado hay una pequeña lagunilla donde retozan los patos, sapos, aves y una
vieja cigüeña que siempre observa a las personas que ingresan a la Comunidad.
Al centro, de los eucaliptos, hay
una carretera que permite desplazarse a las carretas, carruajes y automóviles a
una distancia de cien metros. Al salir de este pasaje un poco oscuro, nos
encontramos frente a un enorme arco con imágenes en alto relieve sobre el
nacimiento de Rómulo y Remo. Al centro está el nombre de la Comunidad de San
Patricio y un verso de La Divina Comedia: “Lasciate ogni speranza voi chi
éntrate”. Una advertencia para los pecadores y curiosos.
Aparentemente, esta comunidad da la
impresión de ser del tamaño de una manzana, pero es mucho más grande. No
pertenece al plano de la Ciudad de los Reyes. Es una comunidad mágica donde el
siglo XVIII y XXI se fusionan como si fuera un solo momento, un solo lugar
donde el bien y el mal se presentan y la lucha es constante entre estas dos
fuerzas opuestas.
La mayoría de las casas son de
techo a dos aguas. También hay castillos al fondo. Estos están rodeados de
árboles y jardines con flores bellísimas. Destacan además de los eucaliptos, los
pinos, álamos y poincianas. Abundan también los duraznales y naranjales; las
higueras y manzanos. Las guayabas y los pacaes se ofrecen a los habitantes como
un regalo de la naturaleza. Todas las casas tienen jardines, desde las más
pequeñas hasta los castillos. Los más felices en este lugar son las haditas que
se alimentan de polen y aire fresco y los duendecillos que son frugívoros por
naturaleza. En cuanto a las brujitas, ellas, además de las comidas de estos
lugares, son amantes de las hierbas aromáticas y preparan sus alimentos y
pócimas ellas mismas.
Una de las diferencias entre los
lobos y los licántropos es que estos son carnívoros por naturaleza, aquellos
son casi vegetarianos. Todos los licántropos son de color negro azabache; en
cambio, los lobos son de color gris, blanco, marrón y combinados a base del
blanco y plomo. Los ojos de los licans son sanguinolentos; en cambio, los ojos
de los lobos son negros, verdes, castaños y azules.
Las flores que tenemos en los
jardines de San Patricio son ramilletes de novia, rosas, geranios y azucenas, claveles, dalias,
crisantemos, margaritas, retamas, jazmines, buganvillas y orquídeas. Todo un
paraíso para diferentes climas. Siempre en un paraíso, hay una serpiente que
constituye el mal y nosotros, los primitivos habitantes de esta Comunidad,
luchamos contra esa serpiente que se subdivide en alimañas de todo tipo.
Los que no pertenecen a esta
Comunidad, solo pueden llegar hasta antes del arco. Para ellos, más allá del
arco, no hay más que un muro de adobe que probablemente colinda con otro lugar.
Sin duda, es un lugar especial para los zooters y otros personajes que viven y
disfrutan de la naturaleza y magia que
San Patricio nos brinda.
Si cada uno se convierte en un
zooter, la gran mayoría formaría parte de un inmenso zoológico. Mas, si solo
fueran personas, encontraríamos tres clases de seres: Los buenos, los malos y
los intermedios, estos están sujetos a los caprichos de los malvados licans que
siempre tratan de mantenerse en el poder. Los intermedios han nacido en su
mayoría en estas tierras y su timidez y obsecuencia los mantiene al margen.
Eddy Gamarra Tirado
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