viernes, 4 de septiembre de 2015


Capítulo 150
La coima

Los licans que observaron que el conde Jorginho y el Auditor Mayor habían contratado a Celestino, el caballo para trabajar con la vieja cigüeña y Ramsés, el patillo. También constataron a través de sus espías que tenían un maestro de deportes y juegos recreativos para la comunidad de San Patricio, específicamente para los chicos de la aldea. Hasta donde ellos sabían, todo lo que era juego y deporte, lo manejaban los licans y no iban a permitir que un intruso se encargara de enseñar a los mocosos de la aldea.

Los licans usaron a “la amiga de todos”, que se jactaba de ser descendiente directa de Noé, para cumplir un “trabajito”  de convencimiento a Rafo Rebatta sobre su rechazo a las clases con los muchachos de la aldea y su ingreso al CENTRADOM como instructor de orden y disciplina. Ella que era intermedia, amante de la fotografía, los chismes y los enredos,  aprovechó un día que el mono Rebatta se iba caminando a la aldea y lo esperó antes de la entrada para decirle que se había luxado el pie y si podía ayudarla porque no podía caminar bien. Rebatta que vio una mujer coqueta y que se cimbreaba de un lado a otro, se mostró solícito y sacó de su maletín una crema para los golpes y una venda para colocarla en sus pies. La muchacha le agradeció, le dio un beso en la mejilla y quiso sellar esa ayuda con un selfie a través de su cámara infaltable. El mono Rebatta estaba emocionado y despierto y ella le pidió que si podía acompañarla un ratito a descansar y luego se iría. El hombre aceptó y se olvidó por completo de las clases. Ella sacó de su bolso un sobre grande y le dijo que traía el mensaje del jefe de seguridad del CENTRADOM para brindarle un trabajo de acuerdo a su capacidad y especialidad. Le entregó el sobre y le pidió que constatara el “pequeño regalito” y que representaba  solo el comienzo, si seguía el espíritu y objetivos de la empresa. Lo único que tenía que realizar era observar, informar y callar. Sin duda, el mejor lema de un espía. No había necesidad de tanto esfuerzo. De esta manera podría vivir mucho más. Es cierto que el mono Rebatta  solía pedir préstamos a sus amigos, pero la mayoría de las veces era por necesidad y algunas otras por cerveza y cigarrillos, pero había cambiado bastante. Le contestó a la descendiente de Noé que si él tenía la metamorfosis de un chimpancé, no aceptaba esa expresión popular que decía: “Con la plata baila el mono”. Como castigo a su osadía y atrevimiento, además de querer seducir a un hombre honorable como él, la castigaría con mil nuevos soles de los cinco mil que estaban en el sobre y que ya podría irse por donde vino porque sospechaba que esta mujer sensual no tenía ninguna luxación y que la volvería a castigar “con el puñal de su desprecio”.

La teutona no supo qué decir y se fue confundida y molesta por el rechazo de Rafo Rebatta y porque se quedó con mil nuevos soles como castigo por querer comprarlo con una coima. Es seguro que Varkolak no aceptaría su fracaso y ella tendría que responder por el dinero que se guardó el mono Rebatta. Además, todas las gollerías con el equipo de seguridad quedarían en el vacío. Su metamorfosis de gallina la cuidaría bastante para no escuchar dichos ni frases, ni refranes. Se fue llorando a la casa de Lynn de Marec para que la aconsejara por los tropiezos de su vida y por el temor de perder el trabajo en el CENTRO a través de una mala información a los asesores por el malvado Varkolak.

Cuando tocó el timbre, ella estaba ocupada. La acompañaba Pietro di Siracusa que no la había visto como un mes y tenía que recuperar el tiempo perdido. La vizcondesa le dedicó unos minutos a su amiga y le prometió conversar en otra oportunidad porque necesitaba hablar de negocios con el señor Siracusa que recién había llegado a su casa de playa. Parece que Pietro visitaba a Irascema y también a la vizcondesa. Los tres terminarían en el círculo segundo del Infierno de Dante.  Ahora comprendo por qué  Elisabetta le advirtió a su primo sobre las constantes visitas a Irascema. Pietro era un amante incansable que una sola mujer le parecía poco. Parece que ninguna de sus amantes protestaba, así que no había problemas para Pietro. Eso pensaba él. Más adelante veremos en qué problemas se metió el primo de Elisabetta di Sardegna.

Rafo Rebatta llegó tarde al trabajo, pidió disculpas a los muchachos y muchachas de la aldea y trabajó con los chicos y chicas dos horas y quedó con los niños y niñas para el domingo,  con el permiso de sus padres. Después  fue citado al castillo  y conversó con Yasmina. Ella, en nombre de su padre,  le llamó la atención y le advirtió que se cuidara mucho de las mujeres manejadas por Varkolak o Anulia. Rafo prometió que no volvería a pasar y se retiró a su casa para encontrarse con sus hijos. Al día siguiente se encontró con Jorginho y el conde le dijo en son de broma que si se portaba mal o caía en las redes de las serpientes o intermedias manejadas por Varkolak, los Dinos “le pondrían chero…chero”. Ambos se rieron y quedaron en reunirse con los Dinos en cualquier momento oportuno.

Varkolak se enteró después del fracaso de la gallina y le hizo un memorando en nombre del equipo de seguridad por faltar  al trabajo y no haber justificado esa falta. Además, información de espionaje interno dirigida por Carmito de la Buena Cruz le ha puesto llamadas de atención y papeletas de salud por el exceso de visitas a los servicios higiénicos y por razones de orden escatológico. Firmaban Varkolak y Carmito de la Buena Cruz. La pobre muchacha tenía depresión porque había peleado con su novio y era acosada por el novio anterior. Su indecisión le daba mucha hambre y sentía deseos de comer, comer y comer. De ahí sus visitas constantes a los servicios higiénicos. Como cualquier mortal, pero en el reino del control y los papeles manejados subrepticiamente por Carmito Enfisemo de la Buena Cruz Farfán, nadie podría defecar más de la cuenta y sin rezar antes. El beato pecador solía decir sin ambages: “A la autoridad se la respeta.”

La pobre descendiente de Noé tenía que entrar al baño todas las mañanas antes de ir a trabajar para no entrar a los servicios higiénicos controlados por el neonazi Carmito de la Buena Cruz. Nadie se había salvado de este control que estaba avalado por Mr. Kanter y sus asesores. Uno de los que más sufría era uno de los asesores: Mr. Chang que por su exceso de peso, tenía que ir a cada momento al baño. En el fondo, los asesores no veían con buenos ojos al beato gazmoño que trataba a toda costa de llegar al puesto principal dirigido por el enigmático Mr. Paritt. Es por eso que este sujeto siempre tomaba la palabra en las reuniones de trabajo. Tenía la costumbre de iniciar la oración de la mañana. Usurpaba funciones no solamente del jefe de la Institución sino de sus asesores, departamento de seguridad, cafetería, servicios y trabajadores en diferentes campos. Toda actividad que realizaba empezaba con una oración porque él se sentía cristiano en todo momento, hasta antes de entrar al baño.


                                                                                                         Eddy Gamarra T.

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