martes, 8 de septiembre de 2015


Capítulo 155
Quisiera ser picaflor…

Yasmina estaba muy interesada en el Centro de formación técnica y cultural que había fundado su padre. Los niños y jóvenes  asistían a las seis de la tarde hasta las ocho y media de la noche en que eran recogidos por sus familiares. Toda la academia de computación se uniría al Centro de formación técnica y cultural y sería conocida por los aldeanos como “La Scola” según los viejos campesinos que fueron los primeros en llegar a la aldea.

Una tarde que Yasmina se dirigía a dictar su clase de Literatura italiana, dejó a Hasán a cargo de los duendecillos y las brujitas. Ghara y Harally habían ido con Nicole a la planta eléctrica donde trabajaba Jean Pierre. Los tres duendecillos estaban enamorados y les quedaban pocos días en el colegio porque se terminaría la educación secundaria. Raisa, Fátima y Zarella no eran ni duendes ni zooters, por lo tanto,  no podían ingresar a la comunidad de San Patricio. Entonces, ellos fueron un rato-como dicen los adolescentes- a visitar a las chicas. Una vez que estuvieron en la casa de una de ellas, se olvidaron por completo de Hasán y las horas transcurrieron y solo quedaron las brujitas que estaban en la casa de Antonella, aprovechando el momento en que Hasán dormía. Wanda, la cernícalo se percató que Hasán estaba solo y comunicó rápidamente a Libak que estaba en el parque de su barrio. El lican se transformó en la bandada de cuervos e ingresaron a la casa y se llevaron a Hasán. Fue cuestión de segundos en que la oportunidad se les presentó y se lo  llevaron fuera de la Comunidad para dejarlo en uno de los depósitos de papeles que tenía el CENTRO.

Maluxa tenía un presentimiento y se fue rápidamente a la casa para ver al niño que lo habían dejado dormido a cargo de Micki, Tanger y Collins. Cuál sería su estupor que no encontró a nadie en la habitación de Hasán. Lo buscó por todas las habitaciones de la casa. Gritó los nombres de los elfos y ninguno daba razón. Salió disparada de la casa y se dirigió a la de Antonella que estaba muy cerca para avisar a sus  hermanas.

-No está Hasán. No está. Se lo han llevado-decía Maluxa desesperada.
Andreínha fue a buscar a Yasmina a La Scola y Janice voló directamente a la Planta eléctrica para informarle a las hadas y a Nicole la desaparición de Hasán. Cuando Yasmina fue informada del hecho, dejó la clase a cargo de Rafo Rebatta y buscó a su abuelo. Ingresaron al barrio de los licans y leyeron los pensamientos de los que estaban en el lugar. No había ningún lican. Todos estaban en el CENTRADOM. Yasmina y el abuelo sabían que ninguno mentía. Se dirigieron al arco de la entrada donde estaban la cigüeña vieja y el caballo Celestino que eran personas de confianza. Cuando Yasmina preguntó quiénes eran los últimos que habían salido de la Comunidad, la respuesta fue la señora Anulia, Lurok y Libak. Según la información, este había salido a las seis y cuarto de la tarde en su auto.

-¿Iba alguien con él?-preguntó el abuelo.
-No. Solo llevaba materiales en el asiento posterior y estaban tapados con una manta oscura-contestó Celestino.

Las sospechas de Yasmina y su abuelo crecieron y decidieron salir de la Comunidad como águilas reales. Remontaron su vuelo y desde lo alto, posaron su vista prodigiosa en la playa de estacionamiento del CENTRADOM. Allí estaba el carro de Libak y se sorprendieron de ver en la puerta de entrada a su padre, el conde Jorginho que averiguaba con los guardianes de la entrada quién ingresó último a la playa de estacionamiento. Yasmina y el abuelo captaron la respuesta del guardián y le enviaron un mensaje a Jorginho que se retire de allí que ellos se encargarían. Las dos aves bajaron a la playa de estacionamiento y olieron junto con Jorginho que no quiso retirarse, a su lobito que había estado en el carro de ese maldito lican. Continuaron usando su olfato y pudieron identificar a Hasán que estaba en un depósito de papel que  Libak lo había depositado y lo tenía amarrado porque sabía que era un lobo como sus padres. Esta vez, para no arriesgar al conde Jorginho, le dijeron que ellos tenían un plan para liberar a Hasán y que por favor, les dejara a los dos realizar este plan. Jorginho aceptó y luego de saludar a Mr. Kanter, se retiró del CENTRO y se fue.

En un principio, Yasmina pensaba que ellos iban a ingresar por uno de los ventanales del depósito y rescatar a Hasán, pero el abuelo sorprendió a Yasmina cuando le dijo que su biznieto tenía como ella tres metamorfosis. Sin duda,  ella le preguntó cuál es la tercera. Espera y verás le contestó el abuelo. Ya habían visto dónde estaba Hasán. El pobre se había convertido en lobito por instinto de conservación, pero estaba muy asustado y lloraba. De pronto olió a su madre y ella le dijo telepáticamente que se calmara que lo iba a recoger. Allí fue el momento en que el abuelo tarareó una canción andina que rezaba así:

                                   “Quisiera ser picaflor
                                   Y que tú fueras clavel
                                   Para chuparte la miel
                                   Del capullo de tu boca.”

Aquella letra llegó a los oídos de Hasán y ante el asombro de su madre, el lobito se achicó y se hizo pequeñito y poco a poco se fue convirtiendo en una hermosa y pequeñita avecilla que todos conocíamos como picaflor y levantó vuelo después de tirar la soga que mantuvo amarrado al lobito . Él es tu hijo le dijo el abuelo con ternura  a Yasmina y las dos aves volaban y protegían al picaflor que era la tercera metamorfosis de Hasán.

A los pocos minutos llegaban Libak, Varko, Anulia y Lurok para ver de cerca el famoso botín que tenían y que lo iban a sacrificar en nombre de los licántropos de San Patricio. Una vez que Libak abrió las puertas del depósito, se dio con la sorpresa de que el nieto del conde Jorginho ya no estaba allí. Buscaron en todo el depósito y no lo encontraron. El abyecto Varko que se había hecho ilusiones con el niño cautivo, perdió los papeles y gritó como nunca lo había hecho a su compinche. Libak no sabía cómo había fugado el lobo pequeño ni lo sabría jamás a menos que uno de mis lectores se lo cuente.

En los  alrededores del CENTRADOM se escuchaba unas voces que cantaban un huayno muy conocido en las provincias y cuya segunda estrofa se quedaría en el ambiente de los licántropos como un signo y advertencia del poder de Yasmina, la loba de San Patricio y que decía


                                              …Me miras,
                                                   Te ríes
                                                  Pero no sabes ingrata
                                                 Que tengo otra mejor
                                                    Que tú…


                                                                                       Eddy Gamarra T.

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