Capítulo154
La furia de Varkolak
Varkolak tuvo un sueño pesado que
no lo dejó dormir. Recordaba cuando llegó con sus amigos de Europa del este y
logró convencer al obispo de Canterbury para organizar la seguridad de su
empresa y que tenía la naturaleza zooter como requisito para trabajar en la empresa.
La delincuencia y el sicariato había crecido en la Ciudad de los Reyes y los
empresarios se habían visto obligados a contratar guardaespaldas y gente de
seguridad para ellos y la empresa. Antes eran varios: Vudkolak, Garba, Varul,
Libak y él. Ahora solo quedaban Libak y él. Los otros licans vinieron después
pero no tenían la capacidad de dirección y organización del crimen como lo
tenían ellos. Su amplio prontuario delictivo en Rumania, Bulgaria y Hungría los
obligó a dejar aquellos países y cuando se enteraron que existía una comunidad
zooter en la Ciudad… decidieron viajar a América y conversar con el religioso
que tenía el Centro de Trámite Documentario versión modificada y con personal
zooter. Después de largas conversaciones con Mr. Kanter fueron aceptados en el
CENTRO y como nueva escobita, barrían bien en un principio para lograr la
aquiescencia del dueño de la empresa. Asimismo, por el carisma y el porte
atlético que tenían se acercaron a los intermedios, en especial a las
intermedias y madres de familia. No les costó mucho trabajo ni dinero. El
deporte donde destacaban fue el mejor método para llegar a los demás y así
convencer a una gran mayoría y después iniciar sus fechorías.
Todo marchaba a pedir de boca hasta
que se atrevieron a causar molestias al grupo del conde Jorginho y sus
familias. Este sueño arrasaba con todos los licántropos. No quedaba uno solo en
tierras de San Patricio. Ya habían desaparecido varios de sus lugartenientes y
de sus aliadas, las serpientes. Por primera vez en su vida en esta comunidad,
Varko sintió miedo y es por eso que estaba furioso. Se levantó con odio.
Maltrató a su mujer con insultos, zangoloteaba de un lado a otro. Mandó llamar
a Libak y Anulia y su cólera se desató contra unos jóvenes intermedios que
fueron a buscarlo para dejarle un recado de los asesores. Los arrojó a patadas
de su casa y mostraba una vez más que era un tipo inescrupuloso que no
aguantaba pulgas a nadie. Después de media hora llegó Libak y Anulia en su
silla de ruedas apoyada por su fiel Lurok. La fidelísima maritornes del jefe de
los licans ofreció su ayuda a Varkolak para cualquier trabajo que le propusiera.
A pesar de estar de luto por la muerte o desaparición de Asteris, primero era
el deber, después, el placer. Varko agradeció la fidelidad de la vieja cobra
que a pesar de estar golpeada por las circunstancias no iba a ceder en su lucha
frontal contra sus enemigos los Dinos y las vampiras.
Libak estaba en silencio y no
opinaba porque afrontaba un terrible
problema en la Ciudad… Estaba perseguido por seducción, violación y estupro
seguido de muerte. No salía de San Patricio y solicitó a los asesores del
CENTRO un permiso porque estaba en tratamiento siquiátrico por el exceso de
responsabilidad y trabajo que lo había estresado y tenía una depresión fuerte
que podría llevarlo al suicidio. Los asesores le creyeron, las sicólogas del
CENTRO, también. Mr. Kanter firmó el permiso sin leerlo. Le bastaba que sus
asesores lo digan y punto. Lamentablemente, en San Patricio no había cárceles
ni jueces. La justicia la resolvían el Auditor Mayor, que casi no hablaba, Mr.
Kanter, autoridad religiosa y el conde Jorginho, la autoridad civil. La grave
acusación contra Libak había ocurrido en la Ciudad…no en la Comunidad. Los
crímenes de Libak se sumaban. El último ocurrió en las playas de Máncora cuando
se metamorfoseó en una carnicera bandada de cuervos que mataron a varios
jóvenes turistas. Es por eso que cuando nuestros duendecillos viajaron al norte
con su Promoción, estaban protegidos por la familia.
Libak intentó hacer de las suyas
con las mujeres en San Patricio, pero fue rechazado. Siempre merodeaba por la
aldea donde las hermosas jóvenes trabajaban con sus padres en los campos de
cultivo. Los campesinos sabían lo que tenían que hacer. Vivían cerca de la
cabaña del abuelo y el bosque sagrado y con solo pensarlo y pedir ayuda, el
abuelo leería sus pensamientos y acudiría para ayudarlos. Como ya no trabajaba
como jardinero en la Comunidad, se dedicaba a embellecer los parques y jardines
de la familia y los Dinos. La persona que llegó a suplir su trabajo en otros
barrios fue escogida por el conde Hectorius de Auseville. Un jardinero cajamarquino
de ascendencia alemana conocido como Beckenbauer o Danny sería el nuevo
jardinero. El abuelo conocía el trabajo de Beckenbauer y sabía que era muy
bueno y estaba contento por eso. En cuanto a las intromisiones del estulto
amante y asesino, el abuelo prometió que nunca más se atrevería a violar y
matar a ninguna doncella. Su atrevimiento le costaría la muerte.
El poder del abuelo era
inescrutable. Ni siquiera yasmina, su nieta se había atrevido a preguntárselo.
Parecía un personaje de la mitología que llevado por las ansias de justicia
defendía siempre al débil. No le importaba el dinero. En el fondo, era el más
rico de San Patricio. Su bosque, la Colina azul, sus libros y música lo
presentaban como el hombre más sabio de la Comunidad. No estaba preocupado por
el vestido y los lujos, menos por los manjares. Era vegetariano y vestía
sobriamente. Alguna vez trabajó como maestro y recibía una pensión que gastaba
por lo general, en libros. En el bosque
que nadie se atrevía a entrar ni siquiera los malditos licántropos y las
serpientes, las frutas eran abundantes y variadas. El agua de la laguna era
pura. Los árboles, medicinales y las
verduras y legumbres, de lo mejor. Cuando no íbamos a la tienda de Ludwig,
visitábamos el bosque del abuelo y traíamos lo que se necesitaba y de buena
calidad. Yasmina le compraba la ropa a su abuelo y todos los Dinos y aldeanos
querían tenerlo en su mesa y escuchar al hombre sabio que enriquecía a sus
amigos con sus palabras, consejos y cultura universal.
Varko vivía desesperado y
necesitaba un plan maestro para destruir a sus enemigos. Conversó con la
garrapata que se jactaba de leer cincuenta libros al mes y que había prometido
a Varkolak un plan maestro para acabar con los Dinos. Este plan era un
resultado de los programas de exterminio de los nazis y que dio resultados en
países como Polonia, Francia, Italia, Hungría y otros. El espíritu convincente
de la garrapata le dio esperanza a Varko y que todo no estaba perdido. El jefe
del siniestro sistema de seguridad del CENTRO conversó con el señor Hannover
para que interponga sus buenos oficios a favor de Dorotea, quien se sintió
protegida por el esbirro de Mr. Kanter para iniciar el contacto intermedio de
soplonería que ella manejaba con mucha
experiencia para aportar información fidedigna sobre aquellos intermedios que
no estaban de acuerdo con los principios rectores del Centro de Trámite Documentario.
Gracias a la idiosincrasia de la
tenebrosa pitón, varios intermedios fueron despedidos del CENTRO y fueron
acogidos por el conde Jorginho que había creado un Centro de formación técnica
y cultural para los hijos de los aldeanos. El pago a los profesores sería igual al CENTRADOM, pero el trato,
diferente. Trabajaban con seres humanos y como tales, serían tratados. La
dirección de esta Institución la llevaría el abuelo y Yasmina apoyaría en la
parte de Gramática y Literatura. El Tío Ben les enseñaría Matemáticas, El conde
Nolberto, Geografía y Ciencias sociales, Elisabetta y sus amigas darían clase
gratis en este Centro de formación técnica y cultural. En suma, todos los Dinos
pondrían su granito de arena en este Centro de Educación y Cultura. Estas
grandes ideas y realizaciones no le gustó a Mr. Kanter, a pesar de que ninguno
de los muchachos de la aldea estudiaban en su empresa porque era muy cara y el
interés por documentos no les llamaba la atención.
Eddy Gamarra T.
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