martes, 8 de septiembre de 2015

Capítulo154
La furia de Varkolak

Varkolak tuvo un sueño pesado que no lo dejó dormir. Recordaba cuando llegó con sus amigos de Europa del este y logró convencer al obispo de Canterbury para organizar la seguridad de su empresa y que tenía la naturaleza zooter como requisito para trabajar en la empresa. La delincuencia y el sicariato había crecido en la Ciudad de los Reyes y los empresarios se habían visto obligados a contratar guardaespaldas y gente de seguridad para ellos y la empresa. Antes eran varios: Vudkolak, Garba, Varul, Libak y él. Ahora solo quedaban Libak y él. Los otros licans vinieron después pero no tenían la capacidad de dirección y organización del crimen como lo tenían ellos. Su amplio prontuario delictivo en Rumania, Bulgaria y Hungría los obligó a dejar aquellos países y cuando se enteraron que existía una comunidad zooter en la Ciudad… decidieron viajar a América y conversar con el religioso que tenía el Centro de Trámite Documentario versión modificada y con personal zooter. Después de largas conversaciones con Mr. Kanter fueron aceptados en el CENTRO y como nueva escobita, barrían bien en un principio para lograr la aquiescencia del dueño de la empresa. Asimismo, por el carisma y el porte atlético que tenían se acercaron a los intermedios, en especial a las intermedias y madres de familia. No les costó mucho trabajo ni dinero. El deporte donde destacaban fue el mejor método para llegar a los demás y así convencer a una gran mayoría y después iniciar sus fechorías.

Todo marchaba a pedir de boca hasta que se atrevieron a causar molestias al grupo del conde Jorginho y sus familias. Este sueño arrasaba con todos los licántropos. No quedaba uno solo en tierras de San Patricio. Ya habían desaparecido varios de sus lugartenientes y de sus aliadas, las serpientes. Por primera vez en su vida en esta comunidad, Varko sintió miedo y es por eso que estaba furioso. Se levantó con odio. Maltrató a su mujer con insultos, zangoloteaba de un lado a otro. Mandó llamar a Libak y Anulia y su cólera se desató contra unos jóvenes intermedios que fueron a buscarlo para dejarle un recado de los asesores. Los arrojó a patadas de su casa y mostraba una vez más que era un tipo inescrupuloso que no aguantaba pulgas a nadie. Después de media hora llegó Libak y Anulia en su silla de ruedas apoyada por su fiel Lurok. La fidelísima maritornes del jefe de los licans ofreció su ayuda a Varkolak para cualquier trabajo que le propusiera. A pesar de estar de luto por la muerte o desaparición de Asteris, primero era el deber, después, el placer. Varko agradeció la fidelidad de la vieja cobra que a pesar de estar golpeada por las circunstancias no iba a ceder en su lucha frontal contra sus enemigos los Dinos y las vampiras.

Libak estaba en silencio y no opinaba porque afrontaba  un terrible problema en la Ciudad… Estaba perseguido por seducción, violación y estupro seguido de muerte. No salía de San Patricio y solicitó a los asesores del CENTRO un permiso porque estaba en tratamiento siquiátrico por el exceso de responsabilidad y trabajo que lo había estresado y tenía una depresión fuerte que podría llevarlo al suicidio. Los asesores le creyeron, las sicólogas del CENTRO, también. Mr. Kanter firmó el permiso sin leerlo. Le bastaba que sus asesores lo digan y punto. Lamentablemente, en San Patricio no había cárceles ni jueces. La justicia la resolvían el Auditor Mayor, que casi no hablaba, Mr. Kanter, autoridad religiosa y el conde Jorginho, la autoridad civil. La grave acusación contra Libak había ocurrido en la Ciudad…no en la Comunidad. Los crímenes de Libak se sumaban. El último ocurrió en las playas de Máncora cuando se metamorfoseó en una carnicera bandada de cuervos que mataron a varios jóvenes turistas. Es por eso que cuando nuestros duendecillos viajaron al norte con su Promoción, estaban protegidos por la familia.

Libak intentó hacer de las suyas con las mujeres en San Patricio, pero fue rechazado. Siempre merodeaba por la aldea donde las hermosas jóvenes trabajaban con sus padres en los campos de cultivo. Los campesinos sabían lo que tenían que hacer. Vivían cerca de la cabaña del abuelo y el bosque sagrado y con solo pensarlo y pedir ayuda, el abuelo leería sus pensamientos y acudiría para ayudarlos. Como ya no trabajaba como jardinero en la Comunidad, se dedicaba a embellecer los parques y jardines de la familia y los Dinos. La persona que llegó a suplir su trabajo en otros barrios fue escogida por el conde Hectorius de Auseville. Un jardinero cajamarquino de ascendencia alemana conocido como Beckenbauer o Danny sería el nuevo jardinero. El abuelo conocía el trabajo de Beckenbauer y sabía que era muy bueno y estaba contento por eso. En cuanto a las intromisiones del estulto amante y asesino, el abuelo prometió que nunca más se atrevería a violar y matar a ninguna doncella. Su atrevimiento le costaría la muerte.

El poder del abuelo era inescrutable. Ni siquiera yasmina, su nieta se había atrevido a preguntárselo. Parecía un personaje de la mitología que llevado por las ansias de justicia defendía siempre al débil. No le importaba el dinero. En el fondo, era el más rico de San Patricio. Su bosque, la Colina azul, sus libros y música lo presentaban como el hombre más sabio de la Comunidad. No estaba preocupado por el vestido y los lujos, menos por los manjares. Era vegetariano y vestía sobriamente. Alguna vez trabajó como maestro y recibía una pensión que gastaba por lo general,  en libros. En el bosque que nadie se atrevía a entrar ni siquiera los malditos licántropos y las serpientes, las frutas eran abundantes y variadas. El agua de la laguna era pura. Los árboles,  medicinales y las verduras y legumbres, de lo mejor. Cuando no íbamos a la tienda de Ludwig, visitábamos el bosque del abuelo y traíamos lo que se necesitaba y de buena calidad. Yasmina le compraba la ropa a su abuelo y todos los Dinos y aldeanos querían tenerlo en su mesa y escuchar al hombre sabio que enriquecía a sus amigos con sus palabras, consejos y cultura universal.

Varko vivía desesperado y necesitaba un plan maestro para destruir a sus enemigos. Conversó con la garrapata que se jactaba de leer cincuenta libros al mes y que había prometido a Varkolak un plan maestro para acabar con los Dinos. Este plan era un resultado de los programas de exterminio de los nazis y que dio resultados en países como Polonia, Francia, Italia, Hungría y otros. El espíritu convincente de la garrapata le dio esperanza a Varko y que todo no estaba perdido. El jefe del siniestro sistema de seguridad del CENTRO conversó con el señor Hannover para que interponga sus buenos oficios a favor de Dorotea, quien se sintió protegida por el esbirro de Mr. Kanter para iniciar el contacto intermedio de soplonería  que ella manejaba con mucha experiencia para aportar información fidedigna sobre aquellos intermedios que no estaban de acuerdo con los principios rectores del Centro de Trámite Documentario.

Gracias a la idiosincrasia de la tenebrosa pitón, varios intermedios fueron despedidos del CENTRO y fueron acogidos por el conde Jorginho que había creado un Centro de formación técnica y cultural para los hijos de los aldeanos. El pago a los profesores  sería igual al CENTRADOM, pero el trato, diferente. Trabajaban con seres humanos y como tales, serían tratados. La dirección de esta Institución la llevaría el abuelo y Yasmina apoyaría en la parte de Gramática y Literatura. El Tío Ben les enseñaría Matemáticas, El conde Nolberto, Geografía y Ciencias sociales, Elisabetta y sus amigas darían clase gratis en este Centro de formación técnica y cultural. En suma, todos los Dinos pondrían su granito de arena en este Centro de Educación y Cultura. Estas grandes ideas y realizaciones no le gustó a Mr. Kanter, a pesar de que ninguno de los muchachos de la aldea estudiaban en su empresa porque era muy cara y el interés por documentos no les llamaba la atención.


                                                                                                  Eddy Gamarra T.

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