Capítulo 67
El monstruo acecha
Las
chicas de la aldea eran en su mayoría descendientes de alemanes e italianos.
Sus abuelos vinieron a San Patricio porque era una comunidad zooter y la guerra
en Europa estaba aniquilando a sus familiares. La idiosincrasia de los
campesinos era el trabajo, la familia y el arte. Los jóvenes destacaban por su
fuerza y buen carácter; en cambio, las mujeres relucían por su belleza y amor a
la danza. La mayoría de ellas eran aves: gaviotas, palomas, oropéndolas,
alondras, grullas, gallinas y pavorreales. Los campesinos estaban orgullosos de
sus mujeres y las cuidaban mucho. Sin embargo, después de días de fiesta y paz,
las chicas se paseaban por el parque en busca del ají limo y limón, para llevarle a Ludwig quien les había
prometido cómo se prepara un buen cebiche, y el ají limo, además del limón,
era la base para este potaje apetitoso
de todo este país que se caracterizaba por tener una gastronomía al mismo nivel
de la comida francesa y china.
Una
de las campesinas se alejó de sus compañeras porque había visto una hermosa
mariposa de alas de color verde amarillo. La siguió y quiso acercarse a ella,
pero fue atacada por Vudko, el asesino de Frosina. Este lican creía que su
víctima estaba completamente sola y desprotegida. La mayor sorpresa del
monstruo fue la presencia de las vampiras que estaban reunidas porque
Elisabetta leyó la mente de Vudko y le dijo a Agnezka y Rowina, que la
acompañaran al parque porque Vudko estaba al acecho de las aldeanas y esperaba
la ocasión para atacar a una de ellas. Elisabetta y sus amigas eran muy veloces
y se desplazaron por el parque y ubicaron a Vudko que observaba a una de las
aldeanas que perseguía a una mariposa. Cuando Vudko desgarró la ropa de la
campesina, le dio un golpe en la cabeza y se disponía a violarla. En ese
momento, cayeron sobre él, las vampiras. No le permitieron transformarse en
lican y lo atacaban por todas partes que Vudko creía que eran seis o más
vampiras. Fue mordido por ellas y lo encadenaron, después de la paliza que
recibió. Agnezka llevó a la campesina a sus amigas que la buscaban por todo el
parque. Les contó lo que había ocurrido y ayudaron a la muchacha a que volviera
en sí. Esta joven contó a sus amigas lo ocurrido y agradeció a través de Agnezka
a las vampiras que la ayudaron y se retiraron de prisa a la aldea donde fueron
recibidas por Ludwig y Marietta y les narraron lo que pasó.
Elisabetta
y Rowina se dirigieron al castillo para llevar al asesino capturado ante el
Conde. Como no estaba, Yasmina las recibió y llevaron al lican encadenado a las
mazmorras del castillo. Por la mente de Yasmina pasó la misma idea que yo
tenía. Llevar a Vudko a juicio sería un poco peligroso para la comunidad de San
Patricio porque Varkolak y sus secuaces moverían sus influencias con Mr. Kanter
que acababa de venir de Oruro y es muy probable que termine libre por obra y
gracia de los amigos que tenía en el CENTRADOM, quienes convencerían fácilmente
al fraile y este que no sabía que ocurría en la Comunidad, terminaría exigiendo
a sus asesores que den libertad a “ese pobre muchacho” que no le hace daño a
nadie. Actuamos lo más rápido posible y llevamos a Vudko ante el abuelo de Yasmina que nos esperaba y este miserable
asesino fue encerrado en el mismo lugar que Garba y moriría como él, asfixiado por los gases que despedían
ciertas plantas que abundaban en el
túnel sin retorno. Después le contamos a Elisabetta que Vudko no volvería nunca
más para hacer daño a nadie.
Los
licans que advirtieron que Vudko no había regresado, enviaron a Wanda y a Lurok
para que busquen por toda la Comunidad de San Patricio a su compañero. Lo mismo
hicieron las serpientes y todos aquellos
que estaban en el bando de los licántropos. Nunca encontraron a Vudko. Por más
que exigieron al Auditor Mayor del Reino que le pida al Conde abra sus
mazmorras donde habían tenido escondido a Vudko para que se le haga un juicio
justo. El auditor no encontró a nadie. El Conde estaba irritado porque fue
obligado por Jonathan Squirrel en nombre del Obispo, a investigar el caso.
Vudko se esfumó para todos los amigos de los licans. La señora Duval-esposa de
Varko- decía que es muy probable que se haya ido a La Ciudad de los Reyes para
vivir con alguna doncella y una vez satisfecho en sus apetitos carnales, la mataría
y arrojaría en alguna acequia. A su marido no le gustó esa opinión y le
advirtió que “cuide su lengua viperina”. La pobre mujer, asustada, se convirtió
en una hermosa perrita y ladraba y aullaba con temor y se retiró a su
habitación para evitar la furia de Varkolak.
Eddy Gamarra T.
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