lunes, 25 de mayo de 2015

Capítulo 75 
                                                          Chateau

Es una gaviota que vino de un distrito muy poblado y que estaba lejos del CENTRADOM. Sus amigos del trabajo anterior la llamaban Chateau y así se quedó con ese nombre. No era ni tan alta ni tan baja. Gustaba de los zapatos de tacón alto, sencilla y sonriente. Mestiza y experta en computación. Sus cabellos negros y su rostro achinado hacían recordar a los personajes de algún cuadro de Gauguin.

Cuando llegó a la Comunidad, tuvo que pasar por un examen exhaustivo para trabajar en el CENTRADOM. Aunque esta institución de trámite documentario estaba fuera de San Patricio, sin embargo, las gaviotas, lornas y otras aves vivían en la Comunidad y para vivir en la Comunidad había que ser zooter a menos que sea vampira o Troll, que de acuerdo a las normas de la comunidad podían vivir sin necesidad de transformarse.

Chateau, como la gran mayoría de las gaviotas, era joven, obediente y obsecuente. Una de las razones es que tenía temor de perder el trabajo y necesitaba ese trabajo para ayudar a su madre que vivía lejos. Su familia no podía vivir porque solo Chateau era zooter y la primera vez que lo averiguó, ella estaba en el techo de su casa, muy triste, porque el hombre que amaba la abandonó. Muchas ideas negativas pasaron por su mente y una de ellas era el suicidio. Siempre soñaba que era una avecilla blanca que volaba con otras de su misma especie por la playa. Este sueño lo tenía desde que era una niña. Sentía el olor del mar, la arena; observaba  el flujo y reflujo de las olas. Cada mañana miraba las barcas de los pescadores que traían su carga para la mesa familiar y para la venta en los mercados. Pampanitos, cachemas, cojinovas, bonitos, pericos y congrios, eran algunos de la rica variedad de este mar extraordinario. Aquella mañana que estaba en el techo de su casa, sintió un deseo inmenso de lanzarse al vacío. No había el ánimo de quitarse la vida sino de volar, sentir la libertad, de purificarse con el viento y con el mar. Se lanzó, sin temor alguno al viento. No se dio cuenta que mientras sentía la necesidad de volar, su cuerpo se había transformado en una pequeña gaviota y los niños que veían por aquellos lugares comentaban que aquella gaviota estaba de repente extraviada, porque estas avecillas siempre están cerca al mar, donde juguetean con  sus compañeras y se posan en los botes y lanchas de los pescadores para recibir de ellos comida marina.

Cuando llegaba a su casa y se transformaba en una muchacha normal, su madre le impetraba de estar siempre en la playa bañándose todos los días, porque solo olía a pescado y a mar. Chateau no le podía contar a su madre sobre su transformación zooter, que no era una tragedia para ella porque se sentía feliz, sin embargo, la señora no entendería de estas cosas y sufriría demasiado. Menos mal que Chateau se enteró sobre la Comunidad de San Patricio donde podían residir zooters como ella. La especialidad que tenía le permitió conseguir trabajo y su naturaleza zooter le facilitó su ingreso. Gran cantidad de trabajadoras eran gaviotas como ella y le iría bien, sin embargo, una de sus compañeras le advirtió que tuviera mucho cuidado con Libak que iba a ser su jefe directo. La amiga le dijo también, que los amigos de Libak eran peligrosos porque tenían naturaleza licántrópica y algunos de su grupo habían asesinado a varias muchachas.

Después de la mordedura de la serpiente pitón, Chateau reposaba en una de las habitaciones del castillo del Conde Jorginho. Como le gustaba leer, Yasmina le prestó uno de mis libros: Vajda y esa lectura y las medicinas que le recetó el Conde, le hicieron muy bien. Lo único malo fue que cuando sanó, se llevó el libro y lo devolvió, meses después.

Después de regresar a la pensión donde vivía con varias gaviotas solteras, recibió la visita de Lurok quien le avisó que tenía que ir urgente a la oficina de Libak. Desconocía las razones por aquella llamada urgente del tenebroso personaje. Una vez que llegó a la oficina, fue investigada por Libak. Recibió muchas preguntas y amenazas si es que mentía. Chateau no mentía porque no recibió ninguna información del Conde y su familia. Sabía que la iban a interrogar, por eso es que no se le dijo nada que la comprometiera. La pobre Gaviota lloró toda la noche pero recibió el aliento de sus compañeras y la aconsejaron que no se acerque mucho a Dorotea porque no solamente se transformaba en garrapata sino en serpiente pitón y ella fue quien la mordió. Chateau se enteró que su maestro de la Universidad vivía en la Comunidad de San Patricio y que formaba parte de los Dinos, caballeros del Unicornio blanco o la Cofradía Jurásica del Gran Sol. Nada menos que el conde Nolberto que era el troll temido por licántropos y serpientes.

Los Dinos eran conocidos como Los Caballeros del Unicornio Blanco porque según la historia, un unicornio blanco derrotó a los centauros negros, que eran unos asesinos, ladrones, abusivos, violadores como lo eran los licántropos de ahora. Los Dinos para honrar la memoria del Unicornio Blanco decidieron fundar esta sociedad secreta y tenían como objetivo, acabar con los malvados licans.

                                                                                                                               Eddy Gamarra T.

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