Capítulo
75
Chateau
Es
una gaviota que vino de un distrito muy poblado y que estaba lejos del
CENTRADOM. Sus amigos del trabajo anterior la llamaban Chateau y así se quedó
con ese nombre. No era ni tan alta ni tan baja. Gustaba de los zapatos de tacón
alto, sencilla y sonriente. Mestiza y experta en computación. Sus cabellos
negros y su rostro achinado hacían recordar a los personajes de algún cuadro de
Gauguin.
Cuando
llegó a la Comunidad, tuvo que pasar por un examen exhaustivo para trabajar en
el CENTRADOM. Aunque esta institución de trámite documentario estaba fuera de
San Patricio, sin embargo, las gaviotas, lornas y otras aves vivían en la
Comunidad y para vivir en la Comunidad había que ser zooter a menos que sea
vampira o Troll, que de acuerdo a las normas de la comunidad podían vivir sin
necesidad de transformarse.
Chateau,
como la gran mayoría de las gaviotas, era joven, obediente y obsecuente. Una de
las razones es que tenía temor de perder el trabajo y necesitaba ese trabajo
para ayudar a su madre que vivía lejos. Su familia no podía vivir porque solo
Chateau era zooter y la primera vez que lo averiguó, ella estaba en el techo de
su casa, muy triste, porque el hombre que amaba la abandonó. Muchas ideas
negativas pasaron por su mente y una de ellas era el suicidio. Siempre soñaba
que era una avecilla blanca que volaba con otras de su misma especie por la
playa. Este sueño lo tenía desde que era una niña. Sentía el olor del mar, la
arena; observaba el flujo y reflujo de
las olas. Cada mañana miraba las barcas de los pescadores que traían su carga
para la mesa familiar y para la venta en los mercados. Pampanitos, cachemas, cojinovas,
bonitos, pericos y congrios, eran algunos de la rica variedad de este mar
extraordinario. Aquella mañana que estaba en el techo de su casa, sintió un
deseo inmenso de lanzarse al vacío. No había el ánimo de quitarse la vida sino
de volar, sentir la libertad, de purificarse con el viento y con el mar. Se
lanzó, sin temor alguno al viento. No se dio cuenta que mientras sentía la
necesidad de volar, su cuerpo se había transformado en una pequeña gaviota y
los niños que veían por aquellos lugares comentaban que aquella gaviota estaba
de repente extraviada, porque estas avecillas siempre están cerca al mar, donde
juguetean con sus compañeras y se posan
en los botes y lanchas de los pescadores para recibir de ellos comida marina.
Cuando
llegaba a su casa y se transformaba en una muchacha normal, su madre le
impetraba de estar siempre en la playa bañándose todos los días, porque solo
olía a pescado y a mar. Chateau no le podía contar a su madre sobre su
transformación zooter, que no era una tragedia para ella porque se sentía
feliz, sin embargo, la señora no entendería de estas cosas y sufriría
demasiado. Menos mal que Chateau se enteró sobre la Comunidad de San Patricio
donde podían residir zooters como ella. La especialidad que tenía le permitió
conseguir trabajo y su naturaleza zooter le facilitó su ingreso. Gran cantidad
de trabajadoras eran gaviotas como ella y le iría bien, sin embargo, una de sus
compañeras le advirtió que tuviera mucho cuidado con Libak que iba a ser su
jefe directo. La amiga le dijo también, que los amigos de Libak eran peligrosos
porque tenían naturaleza licántrópica y algunos de su grupo habían asesinado a
varias muchachas.
Después
de la mordedura de la serpiente pitón, Chateau reposaba en una de las
habitaciones del castillo del Conde Jorginho. Como le gustaba leer, Yasmina le
prestó uno de mis libros: Vajda y esa lectura y las medicinas que le recetó el
Conde, le hicieron muy bien. Lo único malo fue que cuando sanó, se llevó el
libro y lo devolvió, meses después.
Después
de regresar a la pensión donde vivía con varias gaviotas solteras, recibió la
visita de Lurok quien le avisó que tenía que ir urgente a la oficina de Libak.
Desconocía las razones por aquella llamada urgente del tenebroso personaje. Una
vez que llegó a la oficina, fue investigada por Libak. Recibió muchas preguntas
y amenazas si es que mentía. Chateau no mentía porque no recibió ninguna
información del Conde y su familia. Sabía que la iban a interrogar, por eso es
que no se le dijo nada que la comprometiera. La pobre Gaviota lloró toda la
noche pero recibió el aliento de sus compañeras y la aconsejaron que no se
acerque mucho a Dorotea porque no solamente se transformaba en garrapata sino
en serpiente pitón y ella fue quien la mordió. Chateau se enteró que su maestro
de la Universidad vivía en la Comunidad de San Patricio y que formaba parte de
los Dinos, caballeros del Unicornio blanco o la Cofradía Jurásica del Gran Sol.
Nada menos que el conde Nolberto que era el troll temido por licántropos y
serpientes.
Los
Dinos eran conocidos como Los Caballeros del Unicornio Blanco porque según la
historia, un unicornio blanco derrotó a los centauros negros, que eran unos asesinos,
ladrones, abusivos, violadores como lo eran los licántropos de ahora. Los Dinos
para honrar la memoria del Unicornio Blanco decidieron fundar esta sociedad
secreta y tenían como objetivo, acabar con los malvados licans.
Eddy Gamarra T.
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