Capítulo 82
Ampay
Miki,
Tanger y Collins jugaban en una de los árboles exteriores y de pronto, Tanger
que había subido a la copa más alta del árbol, columbró a una cernícalo y a un
mapache que estaban concentrados en otro árbol espiando la realización de la
fiesta. Tanger avisó a sus hermanos y ellos desaparecieron y se ubicaron cerca
a las brujitas y a las hadas. Estas sabían que estaban castigados y que tenían
que cuidar la casa. Collins les dijo que Wanda y Lurok estaban fisgoneando en
uno de los árboles y que no era la primera vez que lo hacían. Las brujas y
haditas se dirigieron con los elfos a los jardines exteriores y rodearon al
cernícalo y mapache. Harally y Ghara les lanzaron su polvo mágico que les
provocó un estornudo crónico y desesperante que no pudieron soportar y cayeron
al jardín exterior. Las brujitas los cogieron a escobazos después que estos
soplones recuperaron su forma original . Los duendecillos les lanzaban piedras
que estos dos espías no iban a volver por otra. Se dirigieron a la casa de la
vieja cobra para ver si ella tenía algún remedio para sus males. Anulia
farfullaba por el maltrato a sus ahijados. Sus compañeras mascullaban venganza
y escuchaban atentas a Wanda que desarrollaba entre una y otra serpiente sus
afectados tiquismiquis para que le pudieran dar la razón, Es más, fue idea del
poderoso Varkolak para que se puedan cumplir sus malvadas intenciones.
El
obstinado Lurok pidió a la vieja cobra
que enviara en otra oportunidad a Dorotea que era pequeñita y podía usar su
otra naturaleza zooter. Él ya había recibido muchos golpes de las brujas y
malditos duendes que poco a poco iban a acabar con su vida. Dorotea no se hizo
problemas y se ofreció ir con la compañía de Anulia que era tan pequeña como
ella y venenosa como ninguna. La
desdentada cobra lo pensó dos veces y al final, aceptó. La mamba negra que era
cucufata sugirió la Semana Santa como un momento propicio para satisfacer su
venganza. Iba a estar Mr. Kanter y toda la Comunidad de San Patricio. A pesar
de que la iglesia no era tan grande, el atrio y la parte externa de la iglesia
serviría para que los aldeanos puedan estar presentes. Anulia advirtió a sus
compañeras de ponzoña y a Wanda, Lurok y la vieja cotorra, mucha discreción. No
podían informar a los licans que trabajaban muy cerca de Mr. Kanter y para
ellos no sería un buen momento para ejecutar su venganza. En cambio el séquito
de Anulia sí lo podía hacer. Se habían preparado un buen tiempo. Habían
reservado su ponzoña para este momento.
Eddy
Gamarra T.
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