lunes, 15 de junio de 2015

Capítulo 93                                                                                                                                                                                             
                                                                              Tres meses

Había transcurrido tres meses y ya se notaba algo de mi barriga. Stephen me engreía. No permitía que hiciera nada. Marietta trajo a su hermana Chiara para que me ayude. Su hermana menor estudió enfermería y aunque no trabajaba en ninguna empresa todavía, estaba dispuesta a cuidarme.

Papá llegó de su viaje por el Portugal y Holanda. Me trajo muchos regalos y ropita para el bebé. Mi tío Ben se fue de viaje por Londres donde vivía su hijo y me escribió una hermosa carta en francés que papá me la entregó. Lapitt  me trajo juguetes que las campesinas del Pozuzo elaboraban y los vendían a los turistas. Nolberto me trajo del Callejón de Huaylas dulces de Caraz, ya sea de sidra, de membrillo o manjarblanco. Además me trajo un tallado de madera que él mismo había preparado. Era la imagen de un troll y me dijo que cada vez que sienta peligro en el castillo, que frote los pies del tallado y vendría su tío Nolberto lo más rápido posible. Me parecía graciosa su ayuda, aunque original. Le agradecí infinitamente.

Nella me preparaba distintos platos peruanos y los servía con mucho cariño. Cada vez traía un potaje diferente. Esta vez fue una carapulcra chinchana que también le gustó a Stephen y papá. El olor del plato chinchano traspasó las almenas del castillo y llegó al olfato de Lurok y la cotorra Vilanova que siempre nos estaban espiando. Tenía el reloj mágico que Ghara le obsequió a Stephen y es por eso que sabía de la presencia de estos facinerosos. Esta vez, sí funcionó el reloj conmigo. Parece que el reloj me exigía mucho amor por Stephen. Primera vez que Wanda no los acompañó. Parece que todavía está padeciendo las consecuencias del polvillo dorado que esparcieron las haditas por todo el ambiente de la criminal sala de sacrificios del malvado Varkolak.

Sé también que la vieja cobra tiene todo su maléfico cuerpo cubierto de pus y que su curación tiene para rato. Cada vez que  sus hermanas de sangre y veneno la curan, Anulia maldice una y otra vez a las hadas que causaron su mal y reza a la serpiente que hizo pecar a Eva que la ilumine y la cure para poder vengarse de esta infamia que  padece en carne propia.

Las brujitas se encargaron esta vez de expulsar a Lurok y a la Vilanova, comadre de Anulia que ya habían visto lo suficiente. Seguro que informarían a todo el séquito satánico acerca de mi embarazo. No saben que yo estoy protegida y además tengo mis defensas que el abuelo me dijo en una ocasión, no podrían vencerme porque yo era tan poderosa como él y  sería la encargada de expulsar a toda esa maldita raza de licans y serpientes. Las palabras de mi abuelo me dan fuerza y seguridad. Stephen ya no iba a viajar a ningún país y siempre estaba al tanto de cualquier incursión de estos enemigos míos.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                   Eddy Gamarra T.

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