Capítulo 86
Los barrios de San Patricio
Aquel
día de la fiesta en la residencia del conde Nolberto, Varkolak se puso la
casaca negra, y sus botas. Era la medianoche y pese a los ruegos de su buena
mujer de no salir a las calles, hizo caso omiso y se fue en su motocicleta. La
bella señora Duval no tenía carácter para detener al malvado Varkolak. En
varias ocasiones, ella había realizado acciones negativas que atentaban contra
su propia honorabilidad en el trabajo y solo para satisfacer los caprichos y
actitudes ruines del mefistofélico personaje. Él siempre la amenazaba con irse
de la casa, es por eso que la pobre señora tenía que soportarlo y aceptar su
vil comportamiento .
San
Patricio tenía cuatro barrios y una aldea, además de dos bosques, el muro
misterioso de la Colina azul y la enorme playa donde vivían las lornas,
cojinovas y muchas gaviotas. Después de la aldea donde habitaba Ludwig y su
familia y muchos campesinos, el barrio de las gaviotas y los peces era el más numeroso de la Comunidad. En la
playa de las gaviotas, tenían su residencia Caterina de Montebianco, la
Baronesa de Castelforte, la bella Lynn de Marec, Irascema do Bahía, el bardo
Simonal, el músico Angelino y otras damas que adoraban la playa.
Tanto
las bellas gaviotas como los peces pertenecían a la clase de los intermedios. No
se metían en asuntos perversos manejados por los licans. Tenían temor a lo que
contaban sobre ellos y las mortíferas serpientes y sus amistades nefastas.
Varias de las aves y peces fueron presa de los licans. Los más temerosos eran
los peces, mujeres en su mayoría. Lamentablemente en este mundo mágico no había
policías. Aunque parezca absurdo, los encargados de la seguridad del pueblo
eran nada menos que los licántropos y estaban comandados por el maldito
Varkolak. Ellos recibieron el respaldo del obispo de Canterbury o Mr. Kanter
como lo solían llamar los licans. Mr. Kanter estaba tan ocupado en sus viajes y
almuerzos y cenas pantagruélicas que no estaba enterado de los crímenes y asesinatos perpetrados por
estos delincuentes. A pesar de su buen carácter, el fraile confiaba en sus
asesores que para no ser criticados por el religioso y también por el miedo de
la oscura red de seguridad de los licans, informaban a su jefe que todo estaba
en regla, que no pasaba nada. Esta fue una de las razones para que los Dinos
crearan con zooters gorilas, el comando de defensa de la Cofradía Jurásica del
Sol.
El
segundo barrio estaba integrado por los intermedios que tenían familia y que no
se enfrentaban a los licántropos pero que de alguna manera contribuían con el
jefe civil de la Comunidad, es decir, el conde Jorginho. Aunque el CENTRADOM
funcionaba fuera de la comunidad y todos sus integrantes eran zooters, algunos
de ellos trabajaban en el arco o entrada de la Comunidad de San Patricio, cuyo
jefe religioso era el obispo de Canterbury o Mr. Kanter, pero estaban bajo las
órdenes de Jorginho.
El
tercer barrio se subdividía a su vez en tres partes. La primera era la
residencia de Mr. Kanter, muy grande y con jardines, árboles, áreas verdes y
piscina. Cerca a la residencia del fraile estaban las bellas casas de sus
asesores con jardines y cocheras para sus automóviles del año. Cada vez que Mr.
Kanter venía de viaje los mandaba llamar para que le informaran con lujos de
detalles cómo se comportaban los trabajadores de la Institución. Ellos vivían
cerca del jefe y no tenían problemas en acudir a las citas obligatorias.
La
segunda parte de este barrio la conformaban las casonas de Varkolak y su
familia; Libak y su familia; Varul , su esposa e hijo, la viuda de Vudko y su
hijo y los nuevos integrantes del Consejo de Seguridad del CENTRADOM y San
Patricio que sumaban veinte y procedían de Albania, Bulgaria, Hungría y Serbia.
Estos vivían en una especie de quinta con sus respectivas casas y el almacén .
La tercera
parte de este barrio estaba integrado por Anulia, Asteris, Anacé, la shushupe,
Dorotea, Carmen de Vilanova, Lurok, Wanda y Jurgen de Hannover, el último,
asesor de Mr. Kanter. Sus casas eran cercanas
y tenían sus jardines exteriores, donde ellas solían conversar sobre los
últimos acontecimientos de la Comunidad. Las serpientes estaban enteradas del
sacrificio que iban a realizar los licans y ellas iban a prestar ayuda a sus
amigos y compañeros de maldades. Este sacrificio era para ellas una situación
de vida o muerte. Así vengarían la muerte de sus compañeras.
El
cuarto barrio correspondía a las residencias de Elisabetta, Agnezka, Rowina y
Alejandra del Cuadro, las hermosas vampiras. Además en este barrio residían los
habitantes más antiguos de San Patricio, entre ellos el conde Jorginho y
Yasmina; el conde Nolberto y familia; El Auditor Mayor del Reino y su familia,
Lapitt de Sajonia e hijos; El Tío Ben y su esposa; la residencia donde vivían
mis hijas, Nicole, Sandra, además de los duendecillos, las brujitas de Matto
Grosso y las haditas. También vivía en la residencia de al lado Don Juan de
Aviraneta y Antonella. La mayoría de las residencias eran extensas y tenían
áreas verdes, árboles frutales, jardines, piscinas y un establo para los
caballos. Los carros solo servían para salir de San Patricio y dirigirse a La
Ciudad de los Reyes. No podían ingresar otros vehículos, ni siquiera
bicicletas. Es por eso que algunos tenían otra casa en La Ciudad y disponían de
comodidades, aparatos electrónicos, etc. Si se deseaba realizar una fiesta, la
mayoría de las veces se hacían en grandes hoteles y restaurantes de la Ciudad
de los Reyes. Aquellos que no eran zooters
o primitivos habitantes de San Patricio, no podían ingresar a la
Comunidad porque era mágica. Por lo tanto, los músicos, mozos y otros
integrantes de una fiesta, no serían contratados por razones obvias.
Las
calles de toda la comunidad de San Patricio eran empedradas y la mayoría se
desplazaba en coches tirados por caballos, cuando iban a misa, o alguna fiesta
o a la playa. Otros, los más humildes, empleaban sus carretas o montaban a
caballo, mulas o burros. Sin embargo, cuando salían de la comunidad hacia la
Ciudad de los reyes, podían utilizar sus vehículos motorizados . No había
grifos en la Comunidad, tampoco supermercados. Los habitantes podrían comprar
sus productos en la Ciudad o en la tienda de Ludwig. Muchos lo realizaban en la
tienda del Gallo porque los productos eran de mejor calidad y más baratos.
En
cuanto a la playa, la arena era blanca y suave. El mar, frío y de color verde
por el plankton. Abundaba la pesca : Corvina, robalo, ojo de uva, mero, chita,
perico, jurel, pez espada, bonito, tollo y otros peces. Los campesinos y las
gaviotas y habitantes del puerto solían pescar a una hora en que no estaban los
peces que tenían metamorfosis. Igualmente, lo hacían los habitantes de otros
barrios.
En
la playa de San Patricio existía un viejo muelle y allí estaban los botes,
lanchas de los pescadores y algunos yates de los Dinos, la Baronesa de Castelforte
y Mr. Kanter. Solamente los Dinos habían logrado alejarse de la costa y
dirigirse a la isla de las palmeras donde los esperaba todo un mundo de
sorpresas y misterio.
Eddy Gamarra T.
No hay comentarios:
Publicar un comentario