sábado, 6 de junio de 2015

Capítulo 85
La reunión

Todas las mesas llevaban manteles turquesa y los arreglos florales llevaban este color como símbolo de amistad. Don Juan de Aviraneta y Lynn de Marec prepararon un logo especial para que adorne las etiquetas de los vinos que estaban en la mesa. Los había de todo tipo desde los tintos semi seco hasta los de Borgoña. Vino blanco, rosé, sidra, champán y otros. La ayuda del Tío Ben en los licores fue importante dada su antigua profesión de sommelier en los principales restaurantes de Londres,  París y Madrid, cuando era joven.

El conde Hectorius fue el encargado de escoger los potajes, pues no faltaba el tradicional cebiche de corvina, causa en lapa, lomo saltado, ají de gallina, arroz con pato a la chiclayana, seco combinado de cabrito con frejoles y tacu tacu con salsa de mariscos. De postres ofreció suspiro a la limeña, mazamorra morada, ranfañote, arroz con leche, leche asada, arroz sambito, tajadón y una torta de  guanábana preparada por la marquesa de Castelforte que destacaba por la preparación de entremeses y las tortas de lúcuma y guanábana.

No nos podíamos quejar. Todos los Dinos aportaron para que la fiesta salga perfecta. Lapitt de Sajonia se encargó de los habanos, cigarrillos y cervezas. Como buen catador, trajo cerveza alemana, americana, peruana, holandesa, noruega, en fin, para todos los gustos. La sección whisky le correspondió al conde Jorginho que era un especialista desde que era joven y tomaba los whiskies puros y sin hielo. De ahí, le provocaba bailar y disfrutaba de la danza en especial en las fiestas de carnaval, yunzas y palo cilulo.

Si bien es cierto que los licans no fueron invitados, tampoco la vieja Anulia y sus amigas. Sin embargo, Mr. Kanter y sus asesores fueron invitados. Invitadas de honor estaban Elisabetta, Agnezka, Alejandra y Rowina, las bellas vampiras de San Patricio. También estuvieron presentes Carmito de la Buena Cruz, que era la primera vez que asistía a una fiesta y que no estuvo sentado en la mesa de los asesores. Las gaviotas, garzas, aves, correcaminos, conejos, patillos y otros intermedios donde la mayoría eran jóvenes, se presentaron muy bellas y elegantes y esperaban que terminaran las interpretaciones de música culta para poder divertirse con la música escogida por el dueño de casa, el conde Nolberto, el Troll, el amigo de todos.

La fiesta se inició con un fragmento del Concierto de Aranjuez,  de Joaquín Rodrigo, el compositor ciego, de origen español. Esta interpretación la realizó Simonal el guitarrista brasileño y amigo de los Dinos. Después Don Juan de Aviraneta interpretó al piano Fantasía impromptu y se la dedicó a su amada Antonella. Al final de esta primera parte, mis hijas pidieron que interpretara con el violín,  Verano,  de Las Cuatro estaciones, de Antonio Vivaldi. Nunca había tocado el violín en público, solo en mi mundo familiar, así que tuve que hacerlo. Los más contentos eran mis duendecillos y las brujitas del Matto Grosso.

Nicole, Antonella y Sandra, además de mis brujitas y las haditas transformadas en doncellas,  sirvieron los entremeses y los famosos cocteles de pisco souer y algarrobina que fueron la delicia de los asistentes. No podíamos contratar mozos, porque en San Patricio solo podían ingresar zooters, vampiras y mi amigo Nolberto, el Troll. Eso lo sabían de sobra todos los asistentes. Aunque una persona prohibida, sí fue invitada: Dorotea, la garrapata. Como ella era nueva en la comunidad debido a su trabajo en el CENTRADOM, pensó que ningún integrante de los intermedios estaba enterado de su identidad con el pérfido grupo de la cobra desdentada. Así que ingresó a la fiesta con Chateau, la bella y joven gaviota, quienes se conocieron en el curso de preparación para los nuevos integrantes del CENTRADOM.

Todos los Dinos sabían quién era Dorotea. La información que recibió Yasmina de los elfos lo conocía su padre y los demás integrantes de los Dinos. Dorotea , coqueta y bailarina fotografiaba con sus ojos a todos los asistentes. Le contaba a Chateau que los Dinos la sacaban a bailar y le decían palabras obscenas porque ella destacaba por su belleza y su gran capacidad para el baile y la atracción de los machos. Sin duda, había recibido lecciones de Asteris y Anacé. Lo que no sabía Dorotea estaba en los entremeses que le ofrecieron además de una menta frappé que la disfrutó al máximo y que le ocasionó un sueño erótico que no quiso despertarse nunca. Nolberto la llevó cargada y la colocó en un sofá cerca del bar al lado de algunas gaviotas que se quedaron dormidas por el cansancio.

La fiesta continuó hasta altas horas de la noche. Los buenos licores y estupendos platos, además de la música latina distrajeron a los invitados y no se percataron de la reunión del conde Jorginho y la Hermandad del Unicornio Blanco. En el viejo pino que estaba en los jardines exteriores de la residencia del conde Nolberto estaba  Lurok, Wanda y la vieja cotorra de Vilanova. Ellos esperaban que la garrapata les diera información. No sabían que su aborrecible amiga dormía plácidamente y gozaba de un sueño lascivo que había preparado Elisabetta con las pociones que le enseñó en vida su entrañable amiga Maribella Poszenc.

Los licántropos esperaban el regreso de las intermedias a su casa y poder atrapar a una y llevarla a su aquelarre sangriento donde la iban a sacrificar para que Lucifer los apoye en su lucha despiadada contra los Dinos y su Hermandad.


                                                                                                                            Eddy Gamarra T.

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