Capítulo 85
La reunión
Todas
las mesas llevaban manteles turquesa y los arreglos florales llevaban este
color como símbolo de amistad. Don Juan de Aviraneta y Lynn de Marec prepararon
un logo especial para que adorne las etiquetas de los vinos que estaban en la
mesa. Los había de todo tipo desde los tintos semi seco hasta los de Borgoña.
Vino blanco, rosé, sidra, champán y otros. La ayuda del Tío Ben en los licores
fue importante dada su antigua profesión de sommelier en los principales
restaurantes de Londres, París y Madrid,
cuando era joven.
El
conde Hectorius fue el encargado de escoger los potajes, pues no faltaba el
tradicional cebiche de corvina, causa en lapa, lomo saltado, ají de gallina,
arroz con pato a la chiclayana, seco combinado de cabrito con frejoles y tacu
tacu con salsa de mariscos. De postres ofreció suspiro a la limeña, mazamorra
morada, ranfañote, arroz con leche, leche asada, arroz sambito, tajadón y una
torta de guanábana preparada por la
marquesa de Castelforte que destacaba por la preparación de entremeses y las
tortas de lúcuma y guanábana.
No
nos podíamos quejar. Todos los Dinos aportaron para que la fiesta salga
perfecta. Lapitt de Sajonia se encargó de los habanos, cigarrillos y cervezas.
Como buen catador, trajo cerveza alemana, americana, peruana, holandesa,
noruega, en fin, para todos los gustos. La sección whisky le correspondió al
conde Jorginho que era un especialista desde que era joven y tomaba los
whiskies puros y sin hielo. De ahí, le provocaba bailar y disfrutaba de la
danza en especial en las fiestas de carnaval, yunzas y palo cilulo.
Si bien
es cierto que los licans no fueron invitados, tampoco la vieja Anulia y sus
amigas. Sin embargo, Mr. Kanter y sus asesores fueron invitados. Invitadas de
honor estaban Elisabetta, Agnezka, Alejandra y Rowina, las bellas vampiras de
San Patricio. También estuvieron presentes Carmito de la Buena Cruz, que era la
primera vez que asistía a una fiesta y que no estuvo sentado en la mesa de los
asesores. Las gaviotas, garzas, aves, correcaminos, conejos, patillos y otros
intermedios donde la mayoría eran jóvenes, se presentaron muy bellas y
elegantes y esperaban que terminaran las interpretaciones de música culta para
poder divertirse con la música escogida por el dueño de casa, el conde
Nolberto, el Troll, el amigo de todos.
La
fiesta se inició con un fragmento del Concierto de Aranjuez, de Joaquín Rodrigo, el compositor ciego, de origen
español. Esta interpretación la realizó Simonal el guitarrista brasileño y
amigo de los Dinos. Después Don Juan de Aviraneta interpretó al piano Fantasía
impromptu y se la dedicó a su amada Antonella. Al final de esta primera parte,
mis hijas pidieron que interpretara con el violín, Verano,
de Las Cuatro estaciones, de Antonio Vivaldi. Nunca había tocado el
violín en público, solo en mi mundo familiar, así que tuve que hacerlo. Los más
contentos eran mis duendecillos y las brujitas del Matto Grosso.
Nicole,
Antonella y Sandra, además de mis brujitas y las haditas transformadas en
doncellas, sirvieron los entremeses y
los famosos cocteles de pisco souer y algarrobina que fueron la delicia de los
asistentes. No podíamos contratar mozos, porque en San Patricio solo podían
ingresar zooters, vampiras y mi amigo Nolberto, el Troll. Eso lo sabían de
sobra todos los asistentes. Aunque una persona prohibida, sí fue invitada:
Dorotea, la garrapata. Como ella era nueva en la comunidad debido a su trabajo
en el CENTRADOM, pensó que ningún integrante de los intermedios estaba enterado
de su identidad con el pérfido grupo de la cobra desdentada. Así que ingresó a
la fiesta con Chateau, la bella y joven gaviota, quienes se conocieron en el
curso de preparación para los nuevos integrantes del CENTRADOM.
Todos
los Dinos sabían quién era Dorotea. La información que recibió Yasmina de los
elfos lo conocía su padre y los demás integrantes de los Dinos. Dorotea ,
coqueta y bailarina fotografiaba con sus ojos a todos los asistentes. Le
contaba a Chateau que los Dinos la sacaban a bailar y le decían palabras
obscenas porque ella destacaba por su belleza y su gran capacidad para el baile
y la atracción de los machos. Sin duda, había recibido lecciones de Asteris y
Anacé. Lo que no sabía Dorotea estaba en los entremeses que le ofrecieron
además de una menta frappé que la disfrutó al máximo y que le ocasionó un sueño
erótico que no quiso despertarse nunca. Nolberto la llevó cargada y la colocó
en un sofá cerca del bar al lado de algunas gaviotas que se quedaron dormidas
por el cansancio.
La
fiesta continuó hasta altas horas de la noche. Los buenos licores y estupendos
platos, además de la música latina distrajeron a los invitados y no se
percataron de la reunión del conde Jorginho y la Hermandad del Unicornio
Blanco. En el viejo pino que estaba en los jardines exteriores de la residencia
del conde Nolberto estaba Lurok, Wanda y
la vieja cotorra de Vilanova. Ellos esperaban que la garrapata les diera
información. No sabían que su aborrecible amiga dormía plácidamente y gozaba de
un sueño lascivo que había preparado Elisabetta con las pociones que le enseñó en
vida su entrañable amiga Maribella Poszenc.
Los
licántropos esperaban el regreso de las intermedias a su casa y poder atrapar a
una y llevarla a su aquelarre sangriento donde la iban a sacrificar para que
Lucifer los apoye en su lucha despiadada contra los Dinos y su Hermandad.
Eddy Gamarra T.
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